Como se menciona en el artículo anterior sobre agresividad, la persona agresiva pretende
humillar y degradar a los demás, intentando que se vuelvan débiles y no puedan defenderse. Por tanto, es importante enseñarle a la persona agresiva, estrategias en
asertividad.
Usted se preguntará: "¿para qué le vamos a enseñar asertividad? Para que aprenda que puede lograr sus propósitos, sin menospreciarse ni a sí mismo, ni a quienes lo rodean. Para eso, debe aceptar que todos tenemos
derechos personales.
Los derechos personales son inherentes al individuo.
Tenemos derecho a comunicarnos, expresar nuestras opiniones, exigir nuestros derechos, respetándonos a nosotros mismos y a los demás. Los animales frente a una amenaza de ataque inminente, se preparan para huir o atacar; el ser humano tiene una tercera opción y es la
comunicación.
Otro tema muy importante, es
enseñar a las personas agresivas a distinguir y evitar aquellas cosas que actuan como un disparador de su ira y
reconocer en qué ambientes se producen, para poder auto-controlarse. De este modo, no se harán daño ni dañarán a los demás. Si la persona sabe que hay determinadas situaciones o personas que le
provocan su enojo, en la medida de que le sea posible,
deberá evitar exponerse a dicha situación.
También, se trabaja con quien está recibiendo la agresión. Por ejemplo, si está en medio de una discusión que está subiendo de tono, se debe evitar el
gritar cada vez más fuerte, ya que es sabido que el mensaje no es escuchado en estas condiciones y,
quien está fuera de sí, no entenderá razones. Es mejor esperar a estar calmados, para retomar el tema en cuestión.
Si usted está siendo agredido verbalmente y responde a esa agresión con otra agresión, insulto, etc; le estará dando a la otra persona la posibilidad que se defienda porque se siente atacado, y la discusión entonces se perpetua.
Recuerde que
para discutir se necesitan dos personas y está en sus manos ser una de ellas o no. La persona que está siendo agredida no tiene por qué seguir hablando cuando la conversación está siendo llevada a cabo con gritos o a través de improperios. Debe intentar
cortar con esa situación. Si el agresor no puede por sí mismo evitar la situación y se altera, le aconsejo a usted (que está siendo agredido) que interrumpa dicha conversación… no se "enganche" en ese enojo. Por ejemplo, si la conversación sube de tono, se le puede decir: “en esos términos no voy a hablar; cuando te tranquilices y quieras hablar en calma, estaré en el cuarto (living, la cocina…).
Lo mismo puede decir si siente que va a ser agredido físicamente y se da cuenta que no puede quedarse en el mismo sitio, si siente que es necesario irse del lugar.
Retírese por su seguridad. En este caso yo le aconsejo informar al otro a dónde va. ¿Por qué aconsejo decir dónde va a encontrarse? Porque la idea aquí no es darle a usted herramientas para que se vaya cuando algo no le gusta pudiendo hacer creer al otro que lo que en realidad usted quería era irse por ahí; sino darle una herramienta para que usted no le permita que se le hable de mala manera. Debe mostrar diposición para retomar la conversación y si lo hará, cuando la misma sea llevada a cabo en buenos términos.
Recuerde que
cuando alguien está enojado, muchas veces dice cosas que no siente: su intención es agredir, ofender, molestar, lastimar al otro.
Si observa que la persona agresiva siempre grita cuando está en la casa, porque es su ámbito privado y por eso se siente habilitado para hacerlo,
busque algún lugar público para encarar determinado tema. El hecho de que haya más gente, puede inhibir a la persona de destratarla en presencia de otros.
En el caso de la persona agresiva, una estrategia que considero de las más valiosas, es
generar un cambio a nivel cognitivo, lo que llamamos reestructuración cognitiva; ya que hay una serie de pensamientos internos, de creencias que desencadenan la agresividad. Tiene que desacreditar esa “
voz interna”, que
habilita y justifica su enojo, por pensamientos más constructivos adaptativos, que le permitirán sentirse mejor (éstos podrá verlos en la próxima entrega del tema “Agresividad III”, ya que ameritan un apartado especial).
Cuando la persona agresiva no ha podido evitar llegar a esa discusión, no ha podido cambiar sus pensamientos perturbadores por otros que lo habiliten a ver la situación de otra manera,
tendrá que abstenerse de expresar la ira: este es un camino muy difícil, pero posible. El consejo es no tener que llegar a esta posibilidad y lograr antes, tener el control de la situación; por ejemplo, evitando llegar a instancias que sabemos que nos provocan ira, sumado a la a la reestructuración cognitiva.
Espero que esto les haya sido útil. En la próxima entrega, les acercaremos “Agresividad III”. El mismo, consistirá en conocer los errores de pensamiento que comete la persona agresiva y cómo cambiarlos por pensamientos más racionales. Viviana VaisenbergTerapeuta del Comportamiento
Consultorio: 2710.25.01
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