Nuestra vida está marcada por experiencias y acontecimientos de todo tipo, que van forjando nuestro sistema interno de creencias.
Tratamos siempre de quedarnos con el aprendizaje de aquellas vivencias que lograron cambiar nuestras creencias más arraigadas y que nos dejaron una enseñanza positiva. Pero esto, no es siempre así.
Muchas veces, tuvimos que aprender de nuestros errores y de nuestros momentos más amargos... esos lugares en los que nadie quiere estar parado, para conocer la fortaleza que teníamos en nuestro interior... ese poder de transformar nuestras propias limitaciones, en lugares llenos de realizaciones personales.
Esa fortaleza interior, nos fue quitando las asperezas y puliendo nuestra existencia, cual diamante, que va dejando un destello de luz en el camino que transita. Ahora brillamos con luz propia, una potente e inextinguible luz que se ha encendido para siempre y que nos hace un foco inagotable de energía positiva y renovadora, de todo lo bueno que existe en el Universo.
Somos seres muy valiosos, por el solo hecho de existir y más aún, por trascender nuestras limitaciones y creer en nosotros mismos, como forjadores de nuestra superación personal.
Elida Bentancor
Abogada
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