... Sigo siendo partidaria de que cada lágrima derramada, tiene una razón.
Cuando lloramos, soltamos dolores de diferentes colores.
Lloramos penas muy oscuras y también, lloramos alegrías tan vívidas como los mismísimos colores de la primavera.
Cada lágrima es una oportunidad, una chance, un lugarcito que se desocupa en el alma, para darle lugar a algo nuevo por venir.
Así que: sigue liberando colores, sigue liberando primaveras e inviernos, sigue haciendo lugarcitos en tu alma...
Solo así, calmarás las tempestades del invierno, que anteceden a la primavera.
Valeria Rodríguez
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