Las prisas y el estrés, nos obligan muchas veces a comer deprisa y no fijarnos en lo que estamos ingiriendo. Esto es un hábito nada saludable para nuestro organismo, ya que puede desencadenar en nosotros una serie de problemas.
Los expertos destacan la importancia de comer pausadamente y hacer de la hora de la comida un ritual, para ingerir menos cantidad de alimento y controlar de esta manera, mejor nuestro peso. Esto es importante, pero además debemos poner especial hincapié en masticar bien los alimentos y comer de forma lenta y pausada, evitando el ansia por ingerir alimento que a la larga, acabará perjudicándonos.
Es importante que seamos conscientes que uno de los principales desencadenantes de nuestra rapidez a la hora de comer, es el hambre que tenemos cuando llega el momento de la comida. Si acudimos hambrientos, ingeriremos alimento de forma más rápida, pues pensamos que de esta manera lograremos acabar antes con el hambre, cuando estamos consiguiendo todo lo contrario.
Es importante no pasar hambre a lo largo de la jornada; para ello realizaremos cinco comidas al día, es decir, tenemos que comer un tentempié entre las principales comidas. De esta manera, evitaremos la ingesta rápida de alimento. Pero a pesar de todo, hay gente que sigue comiendo deprisa debido a que es su manera de ingerir el alimento o porque su ritmo de vida así lo requiere, ya que tiene que comer de pié o caminando por motivos laborales.
En estos casos, es recomendable mentalizarse de la importancia de masticar bien el alimento... y es que la digestión comienza por la boca y mezclar la comida con saliva, es primordial para que nuestro estómago digiera bien los alimentos y de una forma más rápida. A esto tenemos que sumarle que nuestro cerebro nota que estamos saciados, pasado un tiempo de haber ingerido comida. Además, si no masticamos bien, consumiremos más cantidad de alimento y llenaremos nuestro estómago al máximo.
Esta forma habitual de alimentación, originará en nosotros una especie de adicción que nos llevará a saciarnos del todo cada vez que comamos, consiguiendo que nuestro estómago aumente de tamaño y cada vez sea mayor la ingesta de alimento, con el riesgo que ello conlleva de aumentar de peso de forma incontrolada.
Por este motivo es importante que nos concienticemos y consigamos controlar nuestra forma de ingerir alimento. Antes de sentarnos a comer, es necesario saber que la masticación lenta y exhaustiva es primordial para mantener una forma y un peso adecuados.
Sandra 02-02-2010
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