Nefertiti fue una mujer de familia, poderosa, influyente y hermosa. Su belleza fue legendaria; pero tras su imagen sublime, su papel político y religioso fue fundamental.
El reinado de Ajenatón revolucionó por completo la sociedad y la cultura egipcia, de una manera sin igual. Si bien los egiptólogos discuten a menudo sobre el papel de Nefertiti en el llamado "Cisma de Amarna", Ajenatón implanta en Egipto el monoteísmo con la adoración a Atón, el dios sol, combatiendo así el politeísmo tradicional, siendo aconsejado por su esposa la reina Nefertiti. Su nueva religión fue la primera de la historia en rendir culto a un solo dios. El faraón mandó a cerrar los templos tradicionales y privó a muchos sacerdotes de su poder.
Por sus ideas espiritualistas, se ha considerado a Ajenatón “el genio más notable entre los orientales”. Algunos piensan que Nefertiti se vió arrastrada por el poco saber hacer de su marido; mientras que otros piensan que en realidad ella fue el motor de la mal llamada rebelión.
Nefertiti siempre acompañó a Ajenatón. Primero, en su traslado de Tebas a Ajenatón, la capital fundada como el reino de Atón sobre la tierra, y después al asumir las funciones de corregente de su marido, cosa única en toda la historia egipcia. Pues, en un determinado momento, Ajenatón decidió elevar del cargo de gran esposa real a Nefertiti, convirtiéndola en reina-faraón a su lado, con el nombre de Neferneferuatón.
Al morir su marido el farón Ajenatón, algunos egiptólogos creen que Nefertitis continuó gobernando sola con el nombre de Semenejkara. La momia de Nefertiti, nunca se ha encontrado, lo que hizo que su búsqueda fuera objeto de curiosidad y de todo tipo de especulaciones.
El arte nos muestra a Nefertiti representada en igualdad de condiciones respecto a su marido. Las imágenes que de ella se ven en las pirámides, la representan tal como si fuese una Diosa y Reina, co-gobernando con su esposo Akenatón. También se le representa como una hábil guerrera.