Cada vez que se realiza una encuesta sobre sexualidad femenina, surge un porcentaje importante de mujeres que no alcanzan el orgasmo o que simplemente, no están conformes con su vida sexual. Esta realidad de muchas, debería alcanzar para desterrar el mito del sexo donde todo son rosas, pero que no es así. Casi todas, en realidad, pasamos por situaciones donde el sexo es un problema.
En general no lo conversamos con nadie y ese silencio nos deja aisladas. La convicción de que es un problema muy íntimo, la incomunicación y la desvalorización que de esto surgen, no son eficaces para buscar soluciones.
La sexualidad femenina es de por sí compleja. El clímax sexual femenino, difícilmente se despierta en automático y además, las situaciones afectivas son importantes para nosotras: tanto pueden incentivar nuestro deseo de sexo, como apagarlo definitivamente.
Por otro lado, todas pasamos por distintos momentos vitales, que producen cambios en el interés sexual y además, no todos los compañeros son amantes perfectos. La escena sexual contemporánea, no es fácil para los hombres y tampoco lo es para las mujeres; por lo tanto, es esperable que los problemas surjan.
Es común que ante su aparición, aparezca la sospecha que la culpa o por lo menos la dificultad, es nuestra. La sexualidad masculina parece más simple, es difícil que ellos no tengan orgasmos y en general, siempre se muestran deseosos de tener actividad sexual.
En esos momentos, en primer lugar, hay que pensar que la sexualidad se ejerce con el otro, con nuestro compañero y es con él con quien tenemos problemas. La responsabilidad de los dos, ayuda a pensar soluciones y crea el clima de confianza necesario para enfrentarlos.
Probablemente, si he tenido un solo compañero y él se queja de mi dificultad para tener orgasmos, puedo pensar que él tiene razón... pero no tengo punto de comparación. No sé cómo me sentiría con otra persona. Si por el contrario, he tenido relaciones sexuales con varias personas y se me presentaron los mismos problemas, posiblemente sospeche que la falla está en mí. Pero aún así, no se trata de culparnos, sino de saber qué pasa. Es más operativo desterrar culpas propias o del otro y rever la situación, pensando que se trata de un encuentro entre dos personas, donde ambas aportan lo que saben y también, lo que no saben.
Cuando las relaciones sexuales nos dejan poco satisfechas, se impone averiguar por qué. A veces, es porque desconocemos nuestra propia anatomía y por lo tanto, comprendemos poco sobre cómo respondemos sexualmente. Es difícil gozar del sexo sin saber nada de él. Terminamos sin saber cuáles son las caricias que nos excitan y con qué intensidad tienen que ser hechas. Entonces, mal podemos transmitir a nuestro compañero el tipo de estimulación que deseamos.
Las estadísticas confirman que gran parte de las mujeres con dificultades para tener orgasmos, nunca se han masturbado y por lo tanto, poco conocen de su propia respuesta sexual.
También, se sabe que la mayoría de las dificultades sexuales femeninas, son producto de una estimulación ineficiente. Y que la mayoría de nosotras, responde positivamente si la estimulación es la correcta.
Es importante recordar que los hombres tienen un cuerpo y genitales diferentes y por lo tanto, otro tipo de respuesta sexual. Si no les decimos qué precisamos, se guiarán por su propia satisfacción.
El stress y el cansancio con que normalmente vivimos en este tiempo, es otro causante de nuestras dificultades sexuales. Tenemos poco espacio para gozar. Las que salen a trabajar y también las que se quedan en la casa, están por lo general sobrecargadas de trabajo y esto conspira seriamente contra el goce sexual. Sin embargo, nosotras no nos percatamos de esto y creemos que cuando caigamos a la noche en la cama, vamos a poder despertar el deseo para una escena erótica. Lo más probable, es que nos salga mal. Muchas mujeres, a pesar del cansancio y de las pocas ganas de hacer el amor en ese momento, se fuerzan a hacerlo. Tal vez sería importante escuchar las voces de nuestro cuerpo, que piden descanso.
A veces los problemas en la cama, son un llamado de alerta, una luz roja de que algo está funcionando mal en la pareja. Otras veces, la pareja funciona muy bien en otros aspectos, pero la sexualidad es dolorosamente frustrante.
Si bien tener problemas no es una situación bienvenida para nadie, es importante saber que el proceso de entenderlos y resolverlos ayuda, por lo general, a un mejoramiento de la relación de pareja y también, brinda un mayor conocimiento de una misma.
Algunos problemas son solo sombras pasajeras y se van tan rápido como vinieron... otras veces, duran mucho y no les encontramos solución. Es entonces, cuando una consulta puede abrir nuevos caminos para resolverlos.
Lic. Diana M. Resnicoff
Psicóloga Clínica. Sexóloga Clínica.
Tel: (54-11) 4831-2910
email: dresni@gmail.com
Comuna Mujer 09-12-2011
alejandra 09-12-2011
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