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Relaciones de pareja: ¿qué tipo de relación tienes?

Relaciones de pareja: ¿qué tipo de relación tienes?

En los años que llevo de consulta, he visto todo tipo de relaciones afectivas... pero hay un tipo de relación que se repite con mucha frecuencia, se da en todas las edades y resulta muy nociva para quienes la padecen: se trata de las relaciones a "cualquier precio".

Las personas que se enfrascan en relaciones a cualquier precio, son capaces de soportar cosas que a otras jamás se les ocurriría soportar; y esto pasa por la necesidad que tienen de cariño, de no sentirse solas y ser importantes para alguien.

Cuando en consulta aparece esta problemática, la gran mayoría de las veces, hay detrás historias complicadas en la familia de origen, donde la persona sintió que no era importante y querida para alguno de sus progenitores.

Estas sensaciones que tuvo (o sus vivencias), hicieron que incorporara la creencia de que si uno de sus padres la ignoraba, o no la aceptaba o amaba, entonces nadie en el mundo lo haría... o si no, que iba a tener que esforzarse mucho para que esto sucediera.

Es una necesidad básica, a una temprana edad, que se fija en la persona y la marca en sus relaciones futuras.

Caracterísiticas

Las personas que se enfrascan en las relaciones "a cualquier precio", viven su vida y sus relaciones con temor a quedarse solas, a que nadie las quiera, a ser abandonadas, a no ser dignas de amor y soportan desprecios de su pareja... malos tratos, desinterés, infidelidades reiteradas y más... siempre pensando que se lo merecen o que es el precio que “deben  pagar”, para que su pareja las quiera y no las deje

Este tipo de vínculo tan dependiente, tiende a ser muy patológico y difícilmente dure con una persona que no lo es o que no tiene una patología complementaria, ya que esa dependencia es muy demandante y suele ahogar a la pareja.

En ocasiones sufren incluso antes de empezar el vínculo... se "enganchan" con quien no les "da corte".

Por paradójico que parezca, no les atraen las relaciones donde pueden obtener este tipo de afecto en forma natural, a través de personas amables, sensibles, que las quieran como son. Cuando esas relaciones aparecen como posibles, en general, las encuentran aburridas o directamente lo descartan y sólo se interesan o se "enganchan" en relaciones no correspondidas, complicadas, que representan un desafío e implican hacer un esfuerzo superior, por lograr obtener eso que no tienen.

En las relaciones no correspondidas
, se empeñan en seguir insistiendo, porque no imaginan estar sin el otro... como si su vida se fuera en esa pérdida.

Causas

El estar en estas relaciones, representa recrear en el presente esa situación que pasaron en la infancia... pero ahora, con otra persona. El fin es subsanar o ganar la batalla en esta nueva oportunidad; batalla que estarán destinadas a perder y van a repetir siempre ese modelo, hasta lograr entender que es que tienen que trabajar consigo mismos para ganar la batalla y no, con el otro.

El “hoy” se convierte en un escenario más donde se manifiestan y repiten estas necesidades que se traen desde la infancia.

Estas personas tienen una bajísima autoestima. En general, terminan siendo abandonadas; y esto refuerza aún más su falta de autoestima y de sentir que no son dignas de ser queridas.

En algunos casos se vinculan con personas que tienen problemas, piensan que por eso son inaccesibles, pero que luego que mejoren las van a querer. Y así tratan de ayudar en todo a esa “reciente pareja”  para subsanar su problema, con la esperanza interna de recibir amor a futuro. Según su visión, ese es el “precio a pagar”. Y en general esto no pasa, porque si su pareja llega a solucionar su problema, ya no la necesita y termina dejándola también, porque muchas veces el vínculo estaba basado en la solución del problema y nada más.

Signos de alerta

El primer llamador al que hay que prestar atención, es cuando la persona pone al otro por encima de ella misma: vive en función del otro, porque cree que así ganará su cariño. No logra darse cuenta que merece ser querida, sin tener que hacer ningún esfuerzo desmedido; probablemente como consecuencia del esfuerzo que aprendieron a tener que hacer desde chicas, para lograr la atención y el amor de alguno de sus padres. Por generalización de la conducta, lo trasladan en el presente, a sus parejas.

Cuando trato estos casos, hablamos siempre de que es muy difícil que alguien le de valor a una persona que no se lo da a sí misma.

Cuando la persona empieza una relación a “cualquier precio”, no va por buen camino


Las relaciones tienen que ser correspondidas o dejarlas a tiempo.


Esto es algo que a las personas involucradas en las relaciones "a cualquier precio", les cuesta mucho hacer. Siempre están dispuestas a subir la apuesta con el otro, porque el enganche está ahí mismo: en ese supuesto esfuerzo que deben hacer (“pagar”). 

Así se va por la vida con un historial de fracasos amorosos, que retroalimentan la patología en forma negativa.

¿Qué hacer?

Primeramente hay que entender de dónde proviene esa necesidad y evitar “engancharse” en relaciones con “precio a pagar”.

El entender de dónde sale esta conducta en su origen, es el primer paso... pero no alcanza con eso. Hay que dar todos los pasos siguientes, para salir de ese círculo que se retroalimenta negativamente.

Se debe trabajar sobre esa “necesidad del otro” y poder reforzar su autoestima, dándose cuenta que no necesita a esa persona... que se basta a sí misma.

Estar con alguien es una elección y no una necesidad imperiosa, en la que se va la vida.

La base de una relación sana, es estar en pareja si eso hace feliz a ambas partes. Si una relación no es correspondida, ya llegará otra mejor en algún momento.

Todas las personas merecen ser queridas y no tienen que hacer esfuerzos extra para lograrlo.

Es muy importante ponerse metas propias, que mejoren su autoestima y su forma de percibirse a sí mismas.

El estar en pareja no tiene que ser un problema más, al contrario.

Se trata de compartir proyectos comunes y también personales, donde  existen dos personas con el mismo valor y derechos. No hay uno por encima del otro, sino dos personas que se acompañan en ese camino y se facilitan el crecimiento personal y como pareja.

No hay esfuerzos desmedidos de un lado para lograr que el otro permanezca en la pareja: hay dos personas que quieren estar juntas y no hay que convencerlas, porque es lo que desean.


Ps. Silvia Cardozo

Email: ensil@adinet.com.uy

Comentarios (7)

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Comuna Mujer 13-11-2013

Qué bueno lo que has logrado, María! Indudablemente en este tipo de relaciones, no es fácil tomar la decisión de "cortar"... pero la felicidad, es lo primero y eso es lo que uno tiene que considerar, para tomar la determinación de liberarse. Te mandamos un beso muy grande y te agradecemos la confianza de contarnos tu experiencia... te felicitamos por ser una mujer muy valiente!

María 12-11-2013

Soy una persona joven que tuvo un noviazgo que duró dos años de presión constante para mi, midiendo mis actos para no enojar al otro, abandonando actividades que me hacían feliz. Ese era mi precio por no estar sola. A la larga, una termina dándose cuenta y logra liberarse de relaciones enfermas.

Comuna Mujer 02-09-2013

Gracias María, por contarnos tu experiencia. Seguramente a muchas de nuestras amigas, les resultará inspirador leer tu testimonio. Te mandamos un beso grande y gracias nuevamente por tu gran aporte.

Maria 30-08-2013

En mi caso, no fue por falta de cariño en la familia, pero sí por soledad. Es una situación de vida para tener 4 ojos abiertos, porque se cae en situaciones inpensadas y más si la pareja también resulta ser absorvente y celosa. Por suerte yo salí... se puede, pero es importante ayudar a los que no puedan.

Comuna Mujer 29-08-2013

Gracias a nuestras amigas Ana y Mary Carmen, por sus comentarios. Nos alegra saber que les gustó la nota y sobre todo, les agradecemos la confianza de contarnos sus experiencias. Les mandamos un beso grande y ADELANTE!!! que se puede.

Mary Carmen 28-08-2013

Me gustó la reflexión: soy viuda y veo tan difícil emprender una nueva relación de pareja! Viví cuarenta años con mi esposo y disfrutamos al máximo nuestra relación. Hay momentos que me siento muy sola, pero trato de ayudarme para no caer en depresión. Gracias por el material compartido.

Ana 27-08-2013

Silvia, me siento tan identificada con el artículo!! Yo tuve una pareja así y estuve años sufriendo y no me daba cuenta: seguía enganchada, no me quería a mi misma, ni me respetaba, pero comencé de a poco a ver las cosas que estaba perdiendo por mantener una relación que no valía la pena.

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