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Rita Levi-Montalcine

Rita Levi-Montalcine
Esta neuróloga italiana, nacida en Turín el 22 de abril de 1909, en una familia judía destacada por su trabajo e innovación, ganó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en el año 1986, junto al bioquímico Stanley Cohen. Ese mismo año, había conseguido también junto a Cohen, el premio Lasker de Investigación Médica Básica.

Sus hallazgos han sido fundamentales para la comprensión de los mecanismos de control que regulan el crecimiento de células y tejidos; permitiendo a su vez, un mayor entendimiento de las causas de ciertos procesos patógeneos, como los defectos hereditarios y las mutaciones degenerativas.

Rita además, es senadora vitalicia de la República Italiana y ejemplo para una humanidad en la búsqueda de los valores universales de la verdad, el bien y la belleza.

Para Rita, el cerebro es la “carta ganadora” del ser humano, título de uno de sus libros más apreciados, “El as en la manga hecha jirones” (1998); un relato de la vida de grandes ancianos que son artistas, políticos y científicos. Por eso sostiene que el cerebro “no debe jubilarse jamás” y que “cien años es una edad ideal para realizar descubrimientos”.
Algunas estadísticas indican que a más edad, los científicos publican mayor número de trabajos. Por lo tanto, se deduce que existe una “reserva cognitiva” intacta en la vejez, que la humanidad debe saber apreciar y cuidar.


Te acercamos una entrevista a esta mujer excepcional, para que la conozcas y descubras lo maravilloso que ha sido su recorrido por la vida (la misma se realizó el 22 de diciembre  de 2005):

- Reportero: “¿Cómo celebrará sus cien años?”

- Rita Levi-Montalcine:  “¡Ah!  No sé si viviré y además no me placen las celebraciones. Lo que me interesa y da placer es lo que hago cada día.”

- R: “¿Y qué hace?”

- RLM: “Trabajo para becar a niñas africanas para que estudien y prosperen ellas y sus países. Y sigo investigando, sigo pensando…”

- R: “¿No se jubila?”

- RLM: “¡Jamás! ¡La jubilación está destruyendo cerebros! Mucha gente se jubila y se abandona… y eso mata su cerebro… y enferma.”

- R: “¿Y cómo anda su cerebro?”

- RLM: “¡Igual que a mis veinte años! No noto la diferencia en ilusiones ni en capacidad. Mañana vuelo a un congreso médico.”

- R: “Pero algún límite genético habrá…”

- RLM: “No… mi cerebro pronto tendrá un siglo… pero no conoce la senilidad. El cuerpo se me arruga, es inevitable… ¡pero el cerebro no!”

- R: “¿Cómo lo hace?”

- RLM: “Gozamos de gran plasticidad neuronal: aunque mueran neuronas, las restantes se reorganizan para mantener las mismas funciones, ¡pero para ello conviene estimularlas!”

- R: “Ayúdeme a hacerlo.”

- RLM: “Mantén tu cerebro ilusionado, activo, hazlo funcionar y nunca se degenerará.”

- R:  “¿Y viviré más años?”

- RLM: “Vivirá mejor los años que viva, que eso es lo interesante. La clave es mantener curiosidades, empeños, tener pasiones…”

- R: “La suya fue la investigación científica.”

- RLM: “Sí… y sigue siéndolo.”

- R: “Descubrió cómo crecen y se renuevan las células del sistema nervioso…”

- RLM: “Sí, en 1942… lo llamé “nerve growth factor” (NGF, “Factor de Crecimiento Nervioso”) y durante casi medio siglo estuvo en entredicho, hasta que se reconoció su validez y en 1986 me dieron por ello el Premio Nobel.”

- R: “¿Cómo fue que una chica italiana de los años veinte, se convirtiera en neurocientífica?”

- RLM: “Desde niña tuve el empeño de estudiar. Mi padre quería casarme bien, que fuese una buena esposa, buena madre… y yo me negué. Me planté y le confesé que quería estudiar.”

- R: “¡Qué disgusto para su padre! ¿Verdad?”

- RLM: “Sí. Pero es que yo no tenía una infancia feliz: me sentía patito feo, tonta y poca cosa… mis hermanos mayores eran muy brillantes y yo me sentía inferior…”

- R: “Veo que convirtió eso en un estímulo…”

- RLM: “Me estimuló también el ejemplo del médico Albert Schweitzer, que estaba en Africa para paliar la lepra. Deseé ayudar a los que sufren… ¡ese era mi gran sueño!”

- R: “Y lo ha hecho con su ciencia.”

- RLM: “Y hoy: ayudando a niñas africanas para que estudien. Luchemos contra la enfermedad, sí… ¡pero todo mejorará si acaba la opresión de la mujer en esos países islamistas…!”

- R: “¿Existen diferencias entre el cerebro del hombre y el de la mujer?”

- RLM: “Solo en las funciones cerebrales relacionadas con las emociones, vinculadas al sistema endócrino. Pero en cuanto a las funciones cognitivas (del conocimiento),  no hay diferencia alguna.”

- R: “¿Por qué todavía hay pocas científicas?”

- RLM: “¡No es así! Muchos hallazgos científicos atribuidos a hombres, los hicieron en verdad sus hermanas, esposas e hijas!”

- R: “¿De veras?”

- RLM: “No se admitía la inteligencia femenina y la dejaban en la sombra. Hoy, felizmente hay más mujeres que hombres en la investigación científica.”

- R: “… ¿han atentado contra su vida alguna vez?”

- RLM: “Durante el fascismo, Mussolini quiso imitar a Hitler en la persecución de los judíos… y tuve que ocultarme por un tiempo. Pero no dejé de investigar: monté mi laboratorio en mi dormitorio… ¡y descubrí la apoptosis, que es la muerte programada de las células!”

- R: “… ¿nunca se ha casado, tenido hijos?”

- RLM: “No. Entré en la jungla del sistema nervioso ¡y quedé tan fascinada por su belleza que decidí dedicarle todo mi tiempo, mi vida!”

- R: “¿Lograremos un día curar el Alzheimer, el Parkinson, la demencia senil…?”

- RLM: “Curar… lo que lograremos será frenar, retrasar, minimizar todas esas enfermedades.”

- R: “¿Cuál es hoy su gran sueño?”

- RLM: “Que un día logremos utilizar al máximo la capacidad cognitiva de nuestros cerebros.”

- R: “¿Qué ha sido lo mejor de su vida?”

- RLM: “Ayudar a los demás.”

- R: “¿Qué haría hoy si tuviera veinte años?”

- RLM: “¡Pero si estoy haciéndolo!”

Rita Levi-Montalcine, ejemplo de vida y enseñanzas… en su opinión, “el objetivo es que los miembros de las nuevas generaciones, se conviertan en actores y no espectadores en la arena mundial de la vida”… sin duda, nos indica que debemos ser protagonistas de nuestra propia vida y con su ejemplo, nos muestra que nunca se termina de aprender de la experiencia, de los demás… de la existencia… ¡Gracias, Rita!


 

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