Hace muchos años, una amiga me pidió una consulta para preguntarme cómo había podido yo superar la rabia, la pena, el resentimiento, con una pareja muy significativa en mi vida (nada menos que el padre de mis hijos).
Mi amiga ya tenía cuatro años divorciada y seguía masticando con rabia y despecho, el haber descubierto la infidelidad de su marido… y no dejaba de esperar que él la pasara muy mal, para que se diera cuenta lo que había perdido (a ella).
Fue una buena pregunta, que me hizo dar cuenta de qué había pasado conmigo, en el sentido de no tener ningún rencor, ni apego a lo que había sucedido en mi relación.
Recuerdo que a mi mente, vinieron imágenes claras como para poder responderle a mi amiga:
“¿Sabes querida? El día que me pregunté qué había hecho yo para que la relación terminara... el día que dejé de preguntarme el por qué pasaron las cosas y decidí preguntarme qué enseñanzas sobre mí misma podía extraer… el día que bendije a mi ex esposo por haberme acompañado en este andar de aprendizajes y, en especial, por haber hecho posible el que yo fuera madre de los maravillosos hijos que tengo... ese día, terminé de sufrir, de culpar, de culparme. Desde que bajé la cabeza al corazón, sentí paz.
Al día siguiente, mi proceso de duelo, se convirtió en un proceso creativo, que me llevó a responsabilizarme con entusiasmo de mí misma y a construirme una mejor y más feliz manera de vivir y de relacionarme: había aprendido las lecciones... había cerrado un ciclo.” Sigo mejorando con cada inicio y cada cierre; o como lo dicen en las webs: sigo estando “under construction”… porque la vida no es una línea recta, no termina en la lección aprendida: siempre hay nuevos escenarios y desafíos... los que vivo con mejores herramientas.
Cristina Stecca
Terapeuta, Orientadora, Docente www.mejorandonuestrosvinculos.blogspot.com