1. Planificar los horarios de las cuatro comidas y ser estricto en ellos.
2. Entre comidas tomar agua, tisanas de hierbas, mate amargo o con edulcorante natural Estevia u otros líquidos sin calorías.
3. Las comidas deben ser lo menos elaboradas posible; tratar que predominen las ensaladas crudas y la fruta de estación.
4. Caminar a diario (mínimo treinta minutos) o realizar el ejercicio físico de su agrado.
5. Planificar la actividad laboral: no pretender hacer todo ya. Realizar una agenda diaria con horarios posibles, teniendo en cuenta los imprevistos.
6. Cenar liviano, por lo menos tres horas antes de acostarse; así podremos hacer la digestión antes de ir a la cama.
7. Ingerir alimentos lo menos procesados posible y evitar la comida chatarra, fiambres o embutidos.
8. Ingerir mucho líquido, evitando las bebidas cola, café y té cargado. Tomar tisanas de hierbas como tilo o manzanilla o simplemente agua sin gas.
9. Realizar ejercicios respiratorios profundos, pues tranquilizan y mejoran el estrés. Hacerlos al levantarse, de cinco a diez veces en forma tranquila y profunda. Lo mismo antes de las comidas, para aquietar el ánimo y por supuesto al caminar (se debe tratar de hacer en lugares aireados; por ejemplo, los parques).
10. Tratar de consumir preferentemente productos naturales.
Es muy importante proponerse metas a conseguir de forma escalonada; de esta forma podremos concretar primero los logros menores, fáciles de alcanzar, que estimulen nuestra voluntad.
Por Matías González http://www.matiasgonzalez.com