En algunos momentos la vida te pone en jaque. Pareciera que existieran dos vías: un todo o nada, un sí o no: tomar las riendas de nuestra propia vida o dejarnos llevar. Detrás de esta decisión, se encuentra un tesoro; la felicidad.
Queremos acercarnos, pero no sabemos cómo.
Queremos crearle un espacio, pero no sabemos si seremos capaces de hacerlo.
Queremos hacer el viaje, pero casi no sabemos cómo se viaja.
La vida no es una aventura de los sentidos, no es una aventura del ego.
Es un viaje en compañía.
Un viaje que, idealmente, no tiene ni límites ni búsquedas.
Un viaje sin prisa, sereno y alegre,
y en nuestro interior, sabemos que queremos intentarlo.
Texto y foto: Rosina Bonomi Zabalegui