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Ejercitando la asertividad

Ejercitando la asertividad

La asertividad suele definirse como un comportamiento comunicacional, en el cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otras personas, sino que manifiesta sus convicciones y defiende sus derechos. 

Es también una forma de expresión consciente, congruente, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos, sin herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia. Contar con un criterio propio dentro de la sociedad, es indispensable para comunicarnos de una mejor manera."

Muchas personas llegan a consulta porque sienten que no son dueños de sus vidas o se sienten obligados a comportarse de una manera que no desean... o simplemente se les dificulta mucho expresar lo que les pasa o sienten respecto a los demás.

A veces no saben cómo hablar sin por eso llegar a tener conflictos o peleas con las otras personas, al expresar su opinión... o temen ofenderlas... o no se animan a hablar, porque no saben si tienen derecho a hacerlo.

Estos son algunos de los tantos ejemplos que son frecuentes y para los que ayuda mucho ejercitar la Asertividad.

Para ello, comencemos por definir qué es la Asertividad y para qué nos sirve: "la asertividad nos sirve como estrategia y estilo de comunicación. Se sitúa en un punto intermedio entre otras dos conductas polares: la pasividad, que consiste en permitir que terceros decidan por nosotros o pasen por alto nuestras ideas y la agresividad, que se presenta cuando no somos capaces de ser objetivos y respetar las ideas de los demás.

Te puede interesar: "Cuestionario asertivo".

¿Cuáles son nuestros derechos asertivos universales?

El autor del libro “Cuando digo No, me siento culpable” Manuel J. Smith, nos habla en su libro sobre los derechos asertivos y la forma de no caer en ser manipulados, ni manipular a nadie.

Esto es muy útil para poder detectar esos patrones de conducta que muchas personas tienen y nosotros mismos también, y así poder trabajar en ellos.

¿Cómo nos damos cuenta cuando estamos siendo manipulados?

Cuando terminamos haciendo algo que no queremos, a consecuencia de que otra persona nos termina influenciando con su discurso.

Muchas veces habrán escuchado decir expresiones de tipo: “tú que eres tan bueno, ¿no me ayudarías con tal cosa?” Esto hace que algunas personas crean que si no ayudan al otro, dejan de ser buenos o que deberían hacerlo aunque no lo deseen.... los típicos casos que la persona asume de buena voluntad una tarea con alguien y después, termina siendo una obligación a la cual no puede negarse. Ese es uno de los tantos ejemplos que suceden a diario.

Por eso consideré pertinente, el trasmitir en este artículo cuáles son los principales derechos asertivos universales que tenemos, basándome en este autor y otros que también aportan acerca de ellos.

1. “TENEMOS DERECHO A TOMAR NUESTRAS PROPIAS DECISIONES Y A SER RESPONSABLES DE SUS CONSECUENCIAS, SIEMPRE QUE NO ATENTEMOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS DEMÁS.”

“Cuando ejercemos este derecho asertivo, estamos tomando sobre nuestros hombros la responsabilidad de nuestra existencia y despojamos de esta responsabilidad a los demás. Si permitimos que los demás decidan por nosotros o si hacemos lo que otras personas consideran correcto, nos convertimos en esclavos de las opiniones y deseos ajenos. Esta actitud nos transforma en títeres y nos quita libertad. Cuando decidimos de acuerdo a nuestro propio criterio, nos volvemos más independientes y seguros de nosotros mismos.”

2. “TENEMOS DERECHO A ACTUAR SIN TOMAR EN CUENTA LA APROBACIÓN DE LOS DEMÁS.”

“Si vamos a actuar siguiendo nuestro propio criterio, es inevitable que nuestros familiares o amigos discrepen con nosotros en muchas ocasiones. En realidad es imposible conformar a todo el mundo; sea lo que sea que el otro haga o diga, siempre habrá alguien que no esté de acuerdo. Tratar de que todos se sientan contentos con lo que hacemos, es buscar algo imposible; y además nos vuelve dependientes de los otros.”

3. “TENEMOS DERECHO A NO DAR DEMASIADAS EXPLICACIONES PARA JUSTIFICAR NUESTRO COMPORTAMIENTO.”

“Aunque muchas veces es adecuado informar cuáles son las razones de nuestros actos, no es necesario convencer a los demás de que esas razones son valederas. Cuando damos demasiadas explicaciones y tratamos de convencer a otra persona de que hacemos lo correcto, estamos procediendo como si necesitáramos que el otro nos dé la razón para poder actuar. Por eso es frecuente que nos pidan explicaciones con objeto de manejarnos. En tales casos, es conveniente aceptar con naturalidad que el otro no esté de acuerdo y no necesariamente tratar de persuadirlo de que nuestros argumentos son válidos.”

4. “TENEMOS DERECHO A NO SEGUIR LOS CONSEJOS DE LOS DEMÁS.”

"Como hemos visto, tenemos derecho a tomar nuestras propias decisiones. Por lo tanto, podemos pedir consejos o tomar en cuenta las ideas ajenas, pero sin la obligación de seguirlas al pie de la letra, sino para aceptarlas o rechazarlas de acuerdo a nuestro propio criterio y tomar finalmente nuestra propia decisión. El consejo participa en nuestro proceso de decisión; por ello, el hecho de no seguir un consejo no significa descalificar a quien lo ha dado, ya que lo aconsejado indudablemente ha participado en nuestro proceso de decisión o discernimiento sobre qué hacer.”

5. “TENEMOS DERECHO A COMETER ERRORES... Y A SER RESPONSABLES DE ELLOS.”

“Errar es humano, ya que nadie puede alcanzar la perfección. Cuando no nos permitimos equivocarnos, estamos suponiendo que debemos acertar siempre. Cuando nos negamos a reconocer nuestros errores frente a los demás y buscamos pretextos para justificarlos, estamos suponiendo que no tenemos derecho a equivocarnos. Es mucho más conveniente reconocer con naturalidad nuestros errores y aceptar que somos seres falibles.”

6. “TENEMOS DERECHO A ACTUAR SIN CONOCER DE ANTEMANO TODAS LAS CONSECUENCIAS DE NUESTROS ACTOS (TENEMOS DERECHO A CORRER RIESGOS).”

“No es posible estar completamente seguro de que una decisión es la correcta: siempre se corre algún riesgo. Si nos proponemos conocer de antemano todas las consecuencias de nuestros actos, lo único que conseguiremos será darle vueltas y vueltas al asunto sin decidir nada. Pero si nosotros somos también responsables por las consecuencias de nuestro comportamiento, de alguna manera nos vamos a hacer cargo de ellas. El no conocer todas las consecuencias y elegir actuar de determinado modo, de ninguna manera nos convierte en seres irresponsables.”

7. “TENEMOS DERECHO A TOMAR DECISIONES AJENAS A LA JERARQUIZACIÓN LÓGICA DE OTROS.”

“La lógica no puede aplicarse a nuestros deseos, emociones y sentimientos, y nadie puede exigirnos que justifiquemos con razonamientos lógicos por qué nos interesa o nos gusta una cosa o una persona. Sin embargo, es bastante corriente que algunas personas empleen la lógica para manipularnos y convencernos para que hagamos lo que ellas desean, a pesar nuestro.”

8. “TENEMOS DERECHO A CAMBIAR DE PARECER.”

“Nadie está obligado a mantener toda la vida los mismos puntos de vista; el cambiar de parecer, de opinión o de criterio con el paso del tiempo, es saludable y normal. Nuestros intereses se van modificando según nuestras condiciones de vida y con el paso del tiempo. Si cambiamos de parecer, es posible que otras personas pretendan convencernos -manipulación mediante-  de que una vez que nos hemos comprometido en actuar de determinado modo, no debemos cambiar de parecer... pues de otro modo, hay algo en nosotros que falla.”

9. “TENEMOS DERECHO A DECIDIR SI QUEREMOS BUSCAR SOLUCIONES PARA LOS PROBLEMAS DE OTRAS PERSONAS.”

“A veces los demás nos presentan sus problemas como si fueran nuestros, como si tuviéramos la obligación de resolverlos, para hacernos cargar con una responsabilidad que no nos pertenece. Conviene recordar que tenemos derecho a decidir libremente si queremos colaborar o no en la búsqueda de soluciones para ese problema. Si resolvemos ayudar, debemos tener presente que el problema, la decisión final y la responsabilidad pertenecen al otro.”

10. “TENEMOS DERECHO A DECIR “NO ME IMPORTA”.”

“Muchas veces se nos trata de presionar diciéndonos: “deberá importar esto...”. En realidad a nadie le importan todas las cosas y no tiene sentido fingir que algo nos interesa, cuando no es así. Tenemos derecho a decidir qué nos importa y qué no.”

11. “TENEMOS DERECHO A DECIR “NO LO SÉ”.”

“Si partimos de la base de que no somos ni debemos ser perfectos, decir “no sé” resulta lo más sencillo del mundo, ya que nadie puede exigirnos que lo sepamos todo (ni siquiera todas las cosas relacionadas con nuestra actividad o profesión). No tenemos por qué tener una  respuesta para las preguntas que se nos puedan formular; no obstante, a veces nos sentimos incómodos o poco inteligentes si no las tenemos o hasta a veces tentados a fabricar una respuesta para aliviar esta molestia.”

12. “TENEMOS DERECHO A DECIR “NO LO ENTIENDO”, A INTERRUMPIR Y PEDIR UNA ACLARACIÓN.”

“Nadie es tan inteligente como para comprender todas las cosas. Poder decir “no lo entiendo”, nos libera de la tensión que significa fingir que entendemos algo que nos están diciendo, cuando en realidad no lo hemos comprendido. También es natural distraerse y perder el hilo de una explicación, en cuyo caso podemos solicitar a nuestro interlocutor que nos repita lo que acaba de decir. Pedir una aclaración es mejor visto por la otra persona que repetir automáticamente “sí, claro” a cada momento, temiendo que se nos califique de lentos o poco inteligentes.”

13. “TENEMOS DERECHO A PEDIR LO QUE QUEREMOS, EXPRESAR NUESTROS SENTIMIENTOS, DESEOS Y OPINIONES.”

“La diferencia entre pedir y exigir consiste en que cuando pedimos algo, estamos reconociendo que la otra persona tiene derecho a negarse. Aunque muchas veces no tenemos derecho a exigir, siempre podemos pedir lo que queremos y aceptar la respuesta de la otra persona. En cuanto a expresar sentimientos, se trata de un derecho a veces difícil de ejercer ya que puede hacer sentir a quien así lo hace, más vulnerable ante los demás. Tampoco puede ejercerse fácilmente por quienes creen que solamente es bueno expresar sentimientos, deseos u opiniones cuando coincidan con los del otro.”

14. “TENEMOS DERECHO A SER TRATADOS RESPETUOSAMENTE, A SER ESCUCHADOS Y TOMADOS EN CUENTA.”

“Independientemente de que los demás compartan o no nuestras opiniones y sentimientos, tenemos derecho a expresarlos. Todos merecemos respeto y atención por parte de las otras personas, aunque discrepen con nuestros puntos de vista.”

15. “TENEMOS DERECHO A DECIR QUE NO, AUN CUANDO SE TRATE DE UN PEDIDO RAZONABLE.”

“Aunque un pedido sea razonable, puede no coincidir con nuestros deseos y podemos decidir no acceder al mismo. No podemos complacer a todas las personas en todas las ocasiones. Si decimos que sí cuando en el fondo preferimos decir que no, terminamos haciendo muchas cosas que no deseamos, y nos sentiremos frustrados y enojados con nosotros mismos. Si en cambio aprendemos a negarnos cuando no queremos acceder a un pedido, conservaremos nuestra dignidad y al mismo tiempo estaremos siendo honestos con la otra persona. Las personas que no ejercen este derecho, prefieren inventar buenas razones para evitar que el otro se sienta ofendido o rechazado y los desapruebe.”

16. “TENEMOS DERECHO A EXPRESAR NUESTRO DISGUSTO CON LA CONDUCTA DE OTRA PERSONA, AUNQUE SE SIENTA OFENDIDA O HERIDA.”

“Cuando alguien nos trata en forma incorrecta, no tenemos por qué quedarnos con nuestro malestar. Podemos señalar en forma clara y directa lo que no nos ha gustado. Si nuestro planteo es oportuno, no es agresivo y a pesar de todo la otra persona se ofende, ello se debe a que es muy susceptible y que no está dispuesta a reconocer sus errores. En tal caso, no es culpa nuestra que el otro reaccione de esa forma.”

17. “TENEMOS DERECHO A NO ADIVINAR LAS NECESIDADES Y DESEOS DE LOS DEMÁS (AUNQUE SE TRATE DE SERES QUERIDOS).”

“En nuestra cultura, existe la creencia de que si una persona quiere a otra, debe necesariamente adivinar o intuir sus deseos. La verdad es que dos personas pueden tenerse mucho afecto y no darse cuenta de sus respectivas necesidades. Arnold Lazarus señala que “el amor no tiene nada que ver con la telepatía”. No es infrecuente que se espere que nosotros comprendamos cuáles son las necesidades del otro, en lugar de “plantear problemas” obligándolo a que nos formule explícitamente sus necesidades. Pero la mayoría de las personas no siempre comprendemos lo que el otro piensa y siente, a no ser que en algún momento lo haya expresado. Cada uno es responsable de pedir lo que desea, en lugar de esperar que los demás lo adivinen y enojarse de que ello no ocurra”.

18. “TENEMOS DERECHO A ESTAR SOLOS.”

“Aunque los demás deseen acompañarnos de buen grado, tenemos derecho a nuestros momentos de reflexión y soledad”.Estos  derechos asertivos, se podrían resumir diciendo que somos nuestros propios jueces. Las opiniones ajenas siempre van a estar basadas en cómo es la otra persona, la educación que recibió, las experiencias de vida que le han llevado a pensar así, las cogniciones (ideas) que tiene respecto a las cosas, etc., y en base a todo esto, emite una opinión sobre nuestra conducta.  Pero no necesariamente su forma de pensar va a ser la más adecuada para nuestra persona: eso solo puedo saberlo yo, ya que actúo en base a mis creencias, a mis experiencias, educación, etc.

Es probable y factible que no coincidamos muchas veces en la forma de ver las cosas. Y esto no hace a una persona dueña de la verdad o la razón y a la otra equivocada, sino que son maneras diferentes de ver y sentir la realidad, donde ambas pueden ser válidas y no hay que imponerlas el uno al otro. Todos sabemos que la aprobación ajena es deseable, pero tenemos que saber también que no es imprescindible. Y por supuesto, respetar siempre los derechos de los demás, así como exigimos que se nos respeten los nuestros.

Después de leer todos nuestros derechos asertivos, sería deseable que pudiéramos darnos cuenta cuáles aplicamos naturalmente, en cuáles somos débiles y factibles de manipulación, y en cuáles a veces sin querer, nosotros mismos manipulamos a otras personas, para así poder corregirlo. Esto, sin duda repercute en que podamos comunicarnos mejor con los demás, entendernos sin tener que llegar a conflictos y autoafirmarnos como personas.

Te puede interesar: Indicadores conductuales y corporales de la falta de asertividad.

Un aporte de Ps. Silvia Cardozo

Terapeuta Cognitivo Conductual
Email:
ensil@adinet.com.uy

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Comentarios (2)

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Comuna Mujer 22-01-2016

Muchas gracias Haydee, por comentar. Nos alegramos mucho que te haya gustado. Un beso grande para ti. :)

Haydee Cigaran 20-01-2016

Me gustó mucho este artículo; lo recomiendo.

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