El encubrimiento
Es común que, en el agotamiento de luchar contra esta situación, los padres o la pareja, viendo como el adicto destruye su vida, busquen controlar la adicción gritándole, amenazándolo y luego, muchas veces terminan encubriéndolos.
Si se comprometió a realizar algún pago y no lo hace, lo hacen por él. Esto es muy común en quienes sufren de ludopatía, donde la persona es incapaz de resistir la tendencia a jugar juegos de azar y derrocha todo su dinero en éste; o incluso también, en los adictos que gastan todo su dinero para obtener la droga.
Otra situación de encubrimiento se da, si el adicto tiene un accidente de tránsito. Entonces, corren con los gastos y evitan que se sepa que fue por “culpa” de haber consumido.
Si llaman del trabajo, dicen que está enfermo de gripe y así se podría seguir. Muchos de los pacientes tienen más de una adicción y el control de una adicción, empieza por el control de la otra... es una cadena.
Cuando encubrimos al adicto, éste no logra responsabilizarse de su problema y de las consecuencias del mismo.
Hay que entrenar a la familia a manejar el enojo. Enseñarles que es el adicto, quien tiene que hacerse cargo de los problemas que él mismo ocasionó. Por eso les digo, que no es sólo la persona con una adicción quien debe obtener ayuda, sino también su entorno.
El amor no es encubrir, sino lograr que la persona se haga cargo de sus errores. Trabajando con la familia en la consulta psicológica, se intentará llegar al adicto para que éste asuma su problema y a partir de ésto, comience su camino de salida. De esta forma, aquellos que estén a su alrededor, podrán tener sus propias estrategias para sentirse bien y manejar adecuadamente un tema tan delicado como es el de la adicción.
El adicto es quien tiene que admitir que tiene un problema grave y buscar ayuda; tal vez sea usted quien busque ayuda por él y logre que inicie un tratamiento o al menos, que concurra a una entrevista.
En la terapia psicológica, la primera parte del trabajo es mostrarles a los pacientes adictos, que “no son libres”; ya que es la droga quien los domina.
Con voluntad, con esfuerzo y la ayuda adecuada, es posible salir de estas situaciones y recuperar la propia vida.
Viviana Vaisenberg
Terapeuta del Comportamiento
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