Por más dinero que gane una persona, si se tiene que dañar a sí misma para conseguirlo, o si no tiene tiempo libre para disfrutarlo, no se puede decir que sea rica: en todo caso es un “cadete” de lujo, que transporta dinero ajeno, aunque lo haga en un lujoso automóvil.
Hay quienes producen mensualmente mucho dinero, pero si perdieran su estresante trabajo, no sabrían cómo sobrevivir. Aún si no pierden su trabajo, en los fines de semana y en sus breves vacaciones, suelen estar tan hambrientos de placer, cansados o hasta enfermos por el “stress”, que no logran disfrutar plenamente lo obtenido con tanto sacrificio. El último día de las vacaciones suele ser, para ellos, un día muy triste, al igual que durante el año lo es el domingo por la noche, al pensar lo que les espera el lunes.
Si llegan a la jubilación, suelen hacerlo en mal estado... a veces tarde, para disfrutar los frutos de tanto sacrificio. Hay un refrán que expresa esta condición diciendo:
"Algunas personas pasan la primera mitad de su vida juntando
dinero, para gastarlo en médicos durante la segunda mitad."
Cualquier ingeniero sabe que el “stress” o tensión, es algo que viola las normas de uso correcto del material utilizado, ya sea el acero, la madera, etc. Todas las piezas de una maquinaria deben diseñarse para que estén libres de tensión excesiva, tanto en su posición como en su funcionamiento, para que no se "fatiguen", dañen o se rompan precozmente.
Al mirar la naturaleza, vemos que los hombres son uno de los pocos animales que se dañan a sí mismos, condenándose a formas de vida estresantes y sacrificadas, que deterioran y destruyen su salud, sin nombrar el hecho de que impiden su crecimiento y su calidad de vida.
El cuerpo es tan noble, que las arterias coronarias, por ejemplo, pueden llevar oxígeno y alimento al corazón, aunque estén obstruidas en un 90%. Una condición que produce su primer síntoma después de los sesenta años, suele haber sido alimentada durante cuarenta o más años de sacrificio y tensión crónica.
Igual que un niño mal nutrido, no alcanza la estatura y el peso normales para su edad, alguien que se maltrata vive en un estado similar a la desnutrición crónica, aunque sea un gran obeso, y pasa su vida entera ocupado en hacer cosas que no disfruta, huyendo de sus miedos y manejado por sus condicionamientos y ataduras, olvidado de su estado original, sin llegar a florecer ni a dar frutos, aunque tenga muchos hijos.