Carl Rogers escribió el libro "On Becoming a Person" ("El proceso de convertirse en persona") en 1956. Este autor destaca por ser uno de los principales promotores de la teoría humanista, junto a Abraham Maslow y también, por crear la terapia centrada en el cliente.
Rogers creía en la autorrealización, esa capacidad de la persona de alcanzar todo su potencial.
Pensaba que todos disponemos de un potencial dormido; para despertarlo, es necesario trabajar y profundizar en una serie de variables.
Asimismo, insistía en que es positivo tener en cuenta un aspecto: la vida es un proceso, no un estado.
Convertirse en persona, significa aceptar que no somos entidades estáticas, sino ríos que fluyen y que están en constante cambio. Somos una maravillosa constelación de potencialidades que podemos desarrollar en diferentes fases de nuestra vida. Por ello, el crecimiento nunca deja de detenerse en nosotros: forma parte de nuestra naturaleza, de nuestra razón de ser.
"Gradualmente mi experiencia me ha llevado a concluir que el individuo tiene dentro de sí mismo, latente sino evidente, la capacidad y la tendencia, de avanzar hacia la madurez."
El proceso de convertirse en persona: Mi técnica terapéutica (traducción libre)
La forma en que pensamos sobre nosotros mismos, nuestros sentimientos de autoestima, son de fundamental importancia tanto para la salud psicológica como para la probabilidad de que podamos lograr metas y ambiciones en la vida, y lograr la autorrealización.
Las personas no somos entidades aisladas, islas solitarias que se desarrollan separadas del resto... todo lo contrario. Somos seres sociales que necesitan relaciones y vínculos saludables para florecer.
Tal y como señalaba el propio Rogers, somos como árboles que necesitan del sol y del agua para nutrir nuestras raíces, y extender nuestras ramas.
¿Qué necesitamos de nuestro entorno?
• Figuras auténticas en quienes confiar, capaces de entendernos... con quien poder abrirnos y compartir necesidades, ideas, emociones, miedos, etc.
• Necesitamos también aceptación, que no nos juzguen, critiquen o sancionen. Para que el ser humano florezca y se desarrolle en libertad, necesita de una apreciación positiva por parte de su entorno.
• La empatía es ese tercer factor indiscutible: es fundamental sentirnos escuchados y comprendidos.
... Ahora reformularía la pregunta de esta forma: "¿Cómo puedo proporcionar una relación en la que esta persona la use para su propio crecimiento?" Desde que plantée la pregunta de esta forma, me di cuenta de que todo lo que he aprendido es aplicable a todas mis relaciones humanas, no solo las de trabajo con clientes con problemas.
El proceso de convertirse en persona: Mi técnica terapéutica (traducción libre)