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Mujeres saciadoras

Mujeres saciadoras
Estos casos son cada vez más frecuentes en la consulta: mujeres atractivas, que salen con hombres que, en un principio, estaban muy interesados en la relación y que luego, cuando pasa un tiempo, dejan de estarlo.

Sabemos que hay mucha resistencia al compromiso en muchas personas, pero no podemos atribuir la ruptura de una relación, siempre a esta causa.

Los casos a los que me estoy refiriendo, son los de las relaciones en las que a los hombres les cuesta saber cómo hacer para romperla, porque casi no hay un motivo aparente para hacerlo. Es simple falta de interés que aparece con el tiempo y a la persona que quiere terminar la relación, le cuesta explicarle al otro el por qué quiere dejar. A veces, simplemente no le llaman más, sin dar ninguna explicación.

¿Por qué pasa esto?

Por lo que llamo el “Síndrome de la Mujer Saciadora”

Las mujeres saciadoras, son personas que dependen mucho afectivamente de sus parejas y no quieren perderla a ninguna costa. Esa dependencia, les genera una inseguridad tan grande que les juega absolutamente en contra. Sin poder evitarlo, hacen de todo como para terminar perdiendo a quien tanto quieren tener.

Por ejemplo, si la pareja la llama para salir un día sin previo aviso, dejan todos sus planes para salir, sin siquiera dudarlo. Y no sólo salen postergándolo todo, sino que, si pueden se quedan a dormir, desayunan juntos al otro día y permanecen allí hasta que el otro las tiene que “invitar a irse”, cuando quiere quedarse solo.

No decodifican las señales intermedias, ni las necesidades del otro de volver a necesitar su privacidad
.

Se instalan de una manera tan invasiva en la vida de su reciente pareja, que no dan lugar a que el otro las necesite, las extrañe, llegando al extremo de minar la privacidad de la otra persona de manera reiterada. Es como si su existencia dependiera de estar junto al otro y no les importara nada más que eso en la vida.

Esto genera en la pareja una sensación de “empacho” respecto a esa situación; pero también, la idea de cómo sería su vida a futuro con alguien que no les da espacio.

¿Qué pasa entonces después de esto? La persona insegura, que está pendiente de cada gesto, llamada o comentario del otro, se empieza a desesperar cuando pasa el tiempo y el otro no aparece. Y ese desespero se nota. Algunas tratan de disimularlo, aguantándose sin llamar o mandando un mensaje casual después de varios días, a ver cómo esta el otro, viendo si generan una nueva invitación o llamado de parte de él, alguna respuesta positiva o aunque sea, alguna "señal de vida". Y así sucesivamente. Dependiendo de qué tan hastiado esté el otro, obtendrán una negativa en forma de “salida elegante” con una excusa, si ya llegó al punto del hartazgo; o en el mejor de los casos, una nueva invitación, si aún no ha llegado a dicho punto.

Y entran en ese terreno de salir cada tanto, de forma espaciada, cada vez menos y la mujer que se siente insegura, va a tratar de quedarse el mayor tiempo posible con el otro, aunque se haya prometido a sí misma salir corriendo después de la cena. Porque “como lo ve tan espaciado”, ¡hay que aprovechar a estar lo máximo posible! Y así siguen en esa cadena, hasta que un buen día no hay más invitación a nada, quedando desvastadas y sin entender qué fue lo que pasó o qué cosa hicieron mal. Y lo que es peor aún: aumentando su inseguridad para la siguiente relación.

Los círculos

En  psicología, usamos una forma de graficar las relaciones de pareja. Lo hacemos con dos círculos colocados de tres formas distintas, para mostrar cómo son los diferentes tipos de vínculos que se establecen. Cada persona es un círculo. Cuando una pareja vive una relación empastada e  invasiva, lo graficamos poniendo ambos círculos superpuestos: uno sobre el otro en su totalidad. No tienen individualidad, todo lo hacen juntos, se invaden permanentemente... hasta pretenden saber lo que piensa el otro en todo momento. Se vivencian como uno, como dos medias partes de una naranja única.

Cuando son parejas que no tienen nada en común y se encuentran muy alejados, sería el otro extremo: sin compartir nada de sus vidas, sin proyectos en común... lo graficamos como dos círculos separados, uno al lado del otro, pero sin ningún punto de contacto entre ellos: van paralelos en su existir.

Y la tercer opción, que seria una pareja con una relación sana, lo graficamos como dos círculos que sólo se superponen en un sector y pintamos ese sector de intersección, como la vida en pareja. Allí es donde tienen su punto en común.

Para cada persona, sigue habiendo uno parte de su círculo que le es propio, su individualidad; y otra parte, que hace a la vida en común con su pareja.

Cuanto más rica sea la parte que hace a nuestra individualidad, lo conforme que estemos con nosotras mismas (nuestra autoestima) y lo variada que pueda ser en intereses nuestra vida en general, va a influir mucho más positivamente en dicha intersección con el otro (les recomiendo la nota: "Necesito mi espacio").

Esa intersección puede ir variando en tamaño a lo largo de las relaciones y del tiempo, pero no debe transformarse nunca en cualquiera de los otros dos modelos.

La invitación es a verse cada uno cómo vive su relación actual de pareja y cómo son sus círculos en ella. Y a partir de este punto, hacer los cambios necesarios para mejorarla. 


Ps. Silvia Cardozo

ensil@adinet.com.uy
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27

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Comentarios (2)

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Comuna Mujer 22-07-2012

Hola, Silvia! Te agradecemos mucho la confianza. Te recomendamos comunicarte directamente con Silvia; fijate por favor, en su mail y en el teléfono de contacto, al pie de la nota. Seguramente ella te podrá orientar. Un beso para ti y mucha suerte.

Silvia Pisso 20-07-2012

Como creo ser una mujer saciadora y quiero ser feliz... y encontrar una pareja que me quiera, necesito ayuda y me gustaria recibirla. Muchas gracias y quisiera saber cómo hacer.

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