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Tanorexia

Tanorexia
La tanorexia o adicción al bronceado, es el término usado a menudo para describir una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro.

El término tanorexia, fue acuñado por dermatólogos estadounidenses para describir a un grupo de pacientes que acudían a sus clínicas con lesiones cutáneas, causadas por los rayos ultravioleta y que, a pesar de ello, continuaban con las exposiciones. Estos pacientes, presentaban una preocupación exagerada e irracional por tener la piel bronceada, incluso a veces hasta límites antiestéticos y peligrosos.

El hecho de no lograr un tono suficientemente oscuro, genera en los tanoréxicos angustia y sentimientos de culpa. En el año 2005, se publicó un estudio que demostraba que los tanoréxicos, experimentaban una pérdida del control de sus límites que evitaban poder parar el proceso de bronceado una vez que la piel ya estaba morena. Dicho patrón, es similar a otras adicciones como el alcoholismo o tabaquismo.

Estas personas, nunca están conformes con su color de piel y muestran ansiedad ante la idea de perder una sesión de bronceado. Si un día está nublado, van a tomar rayos UVA. Del mismo modo que los anoréxicos nunca se ven lo suficientemente delgados, los tanoréxicos se perciben pálidos aunque no lo estén. Por eso combinan durante todo el año, los baños de sol en la playa o la piscina, con las sesiones de UVA en los solariums.

Se trata de un trastorno psicológico, no de una enfermedad médica; aunque suele estar acompañada de lesiones cutáneas y otras dolencias dermatológicas. Además, con frecuencia la tanorexia se asocia con el trastorno depresivo mayor, la fobia social, el trastorno obsesivo-compulsivo o, en casos más severos, el trastorno delirante de tipo somático.

Con las sesiones de bronceado repetidas se produce un cambio en la síntesis de la regeneración celular, llamado fotodaño y estas personas tienen más probabilidades de adquirir un cáncer. De hecho, con cada exposición al sol, se incrementa un diez por ciento esta posibilidad. Un bronceado evidente, al estilo Donatella Versace, significa daño celular. Lo mejor es que al tomar el sol, el bloqueador haga que estos rayos no dejen huella. Ante un problema como la tanorexia, no queda más que acercarse a un especialista y tratarse de inmediato.

Enfermedades tan graves como el cáncer de piel y el melasma, sumado al fotoenvejecimiento prematuro que hace que la piel parezca diez o veinte años mayor con respecto a la edad cronológica, son algunas de las consecuencias de este exceso llamado tanorexia. Quienes están más expuestos a sufrirla, son las personas delgadas, fumadoras y de raza blanca.

Aunque la tanorexia afecta a los dos sexos y pese a que no se ha descrito un perfil psicológico característico, la razón del predominio en mujeres jóvenes probablemente se encuentre en factores socioculturales relacionados con el modelo de belleza imperante en occidente desde finales del siglo XX. El canon imperante enfatiza el valor de la delgadez y las tallas pequeñas, la proporción y simetría corporales y el bronceado de la piel; identificando estos puntos, con la salud física y el éxito social. Aunque en un primer momento las mujeres fueron las principales destinatarias de este prototipo de belleza, en los últimos años se ha extendido también a los varones.

Los que sufren tanorexia no reconocen que sufren un trastorno, por lo que no visitan al dermatólogo o al psicólogo por este motivo. Generalmente, acuden al primero por alteraciones en la piel causadas por la exposición al sol, como manchas, arrugas o cambios en el tamaño o forma de los lunares.

Efectos que el sol y los rayos ultravioleta, causan en nuestra piel

- Pueden provocar cáncer de piel.

- Mayor riesgo de sufrir abrasiones.

- Foto envejecimiento prematuro (arrugas a destiempo).

- Los daños que provocan, son acumulativos. 

Realidades del bronceado o ”tan”

- Cuando la piel adquiere un tono dorado, se debe a un daño celular. Este órgano se oscurece para protegerse.

- El 70% de las arrugas, se producen por daño solar.

- En dermatología, se dice que no existe un bronceado saludable.

- No es cierto que las camas bronceadoras sean más seguras que la exposición directa al sol. Éstas utilizan rayos UVA, relacionados con el melanoma, un peligroso cáncer.

- Especialistas del Departamento de Dermatología del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, advirtieron que 80% de los daños provocados por exposición a sol (cáncer, arrugas, piel curtida y problemas de la vista), ocurren antes de los 18 años de edad.

Consejos

Y hay que tener presente que el sol, tomado con moderación, tiene efectos positivos en nuestro organismo. Entre ellos destaca la producción de serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso, que produce una sensación de bienestar y relajación. Además, estimula la producción de vitamina D, básica para mantener los huesos sanos; ayuda a dormir mejor y refuerza el sistema inmunológico.

Está demostrado que el sol mejora nuestro estado de ánimo y la evolución de algunas enfermedades dermatológicas, como la psoriasis; pero tomarlo cinco minutos a la semana en cualquier parte del cuerpo, como la cara, es suficiente para estimular la producción de vitamina D. Para no correr riesgos innecesarios, siempre hay que aplicar una protección adecuada al fototipo de la piel y seguir ciertas pautas antes y después de la exposición.

1- No perder de vista que el bronceado produce enfermedades peligrosas, manchas y envejecimiento.

2- Debes conocer tu tipo de piel. A mayor claridad de piel y de ojos, mayor debe ser la fotoprotección que tienes que usar y más cuidados debes tener.

3- Protegerse debidamente cuando se acude a la playa con gorros y gafas y usar protectores y cremas solares con factor mínimo de 15-20 FPS en zonas grandes de la piel (espalda, brazos, piernas, pecho) y factor alto 25-35 FPS en zonas pequeñas (cara, cuello, orejas manos, pies).

4- No abusar del sol en horas punta (entre las 10:00 y 16:00 hs.).

5- Los bronceados más hermosos y duraderos son precisamente los que se hacen tomando las previsiones de los puntos 3 y 4.

6- Evitar acudir a los centros de estética para broncearse. Si se los frecuenta, empezar por disminuir el número de visitas.

7- Acudir al dermatólogo una vez al año. Mucho más si se ha estado expuesta al sol durante toda una vida. Las arrugas prematuras, aparición de manchas o lunares requieren observación, mucho más si se ha tomado el sol de manera constante.

8- En épocas de mucho calor, los factores de protección solar deben ser usados aunque no necesariamente se vaya a la playa. De igual forma, es recomendable usarlos en los meses de invierno.

Tips para lograr un tono bronceado, sin sacrificar la salud de la piel

a) Una semana antes de comenzar tus baños de sol, procura incluir en tu dieta diaria dosis de alimentos y frutas que contengan betacaroteno, tanto en jugos, como en comidas (zanahorias, naranjas, mandarinas).

b) Un día antes de tomar tu primer bronceado, házte una exfoliación general en todo tu cuerpo. Puede ser con productos comerciales, o en todo caso, hacerlo con productos naturales y caseros. Por ejemplo, puedes poner en un tazón, azúcar morena (pasada por el procesador porque sus granos son muy grandes) y le agregas aceite de bebé, hasta que se forme una pasta. Luego de tomar la ducha con jabón, procede a poner un poco de esa mezcla en tu mano y comienza a frotar vigorosamente en brazos, espalda, vientre, pecho, piernas, pies. Luego, házlo con mucho cuidado en la cara, sin tocar zonas delicadas como el contorno de ojos.

c) Conviene aplicar la crema solar antes de salir de casa, aunque utilicemos productos que ofrezcan protección inmediata. Es recomendable aplicarla de nuevo cada vez que nos mojamos y nos secamos con toalla.

d) Para combatir la sequedad en la piel, luego de la exposición solar hay que nutrirla generosamente. Es aconsejable el uso de una loción que nos asegure que la piel recupera su nivel normal de hidratación, para que no quede tirante y reseca. Son ideales las lociones para después del sol, con ingredientes como el aloe vera, que calma y refresca, a la vez que hidrata intensamente.

e) Los expertos aconsejan beber mucha agua o bebidas isotónicas para reponer las pérdidas de agua y sales minerales indispensables para el organismo y la belleza de la piel; así como utilizar protectores labiales para evitar quemaduras, deshidratación y sequedad. Y es que, los labios son una zona muy sensible y carecen de protección natural contra las radiaciones UV. Por otro lado, hay que evitar el uso de productos cosméticos, perfumes y lociones que contengan alcohol, ya que favorecen la irritación de la piel.


Ya sabes, en verano es siempre un agrado tener un lindo tono bronceado. Házlo pero en forma responsable y sin llegar a estos extremos, que tanto afectan la salud.

Y recuerdo que no se necesita estar extremadamente bronceada, para ser atractiva.



Comuna Mujer

Y hay que tener presente que el sol, tomado con moderación, tiene efectos positivos en nuestro organismo. Entre ellos destaca la producción de serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso, que produce una sensación de bienestar y relajación. Además, estimula la producción de vitamina D, básica para mantener los huesos sanos; ayuda a dormir mejor y refuerza el sistema inmunológico.

Está demostrado que el sol mejora nuestro estado de ánimo y la evolución de algunas enfermedades dermatológicas, como la psoriasis; pero tomarlo cinco minutos a la semana en cualquier parte del cuerpo, como la cara, es suficiente para estimular la producción de vitamina D. Para no correr riesgos innecesarios, siempre hay que aplicar una protección adecuada al fototipo de la piel y seguir ciertas pautas antes y después de la exposición.

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