Cómo enfrentar una separación
Siempre que hay una separación, hay una etapa de duelo inevitable. Aún en las parejas muy convencidas de su decisión, es casi imposible obviar este proceso.
Esto se da porque si bien las parejas muchas veces tienen claro qué es lo que los lleva a querer dejar, no son tan concientes de lo que sí los mantuvo unidos hasta ese momento.
Digamos que para enfrentar la separación, cargan las tintas en aquellas cosas que les faltaban estando en esa relación; mientras que, cuando ya no están más juntos, ven las cosas que sí tenían.
Esto por esto que, cuando las parejas se separan, surgen dudas, vaivenes, idas y venidas, hay mucha ambivalencia e inseguridad y esto es aún más importante, si son parejas que llevan muchos años juntas.
Se diría que el costo emocional de la separación, está en relación al grado de tiempo compartido, la dependencia emocional creada y los compromisos asumidos juntos. Lo anterior hará que la separación, sea más o menos difícil de atravesar para quienes toman la decisión.
No siempre ambos miembros de la pareja están dispuestos a separarse: a veces es uno el que toma la decisión y esto hace que sea más cuesta arriba, para el otro que no lo desea.
Muchas veces, las separaciones se dan porque las personas tenían una determinada expectativa de lo que iba a ser su vida en pareja y se dan cuenta que la realidad no conforma dichas ideas previas. Esto se da sobre todo, en parejas que se separan al poco tiempo de estar juntas.
Muchas veces es influido por “idealizaciones”: si pensamos que estar en pareja es no tener un conflicto jamás, entonces seguramente nunca nos conforme nada. Tampoco el otro extremo de vivir en conflictos permanentes.
Lo más importante es tener la capacidad de resolver a su debido tiempo, los conflictos que se van presentando, sin dejar que éstos vayan minando la vida en pareja hasta que, estar con la otra persona, se transforma en un calvario.
Cuando las parejas deciden finalmente separarse, si no lo hacen en términos amigables y con el menor costo emocional posible, se dan una serie de situaciones que son desagradables para todos los involucrados.
Esto se da porque si bien las parejas muchas veces tienen claro qué es lo que los lleva a querer dejar, no son tan concientes de lo que sí los mantuvo unidos hasta ese momento.
Digamos que para enfrentar la separación, cargan las tintas en aquellas cosas que les faltaban estando en esa relación; mientras que, cuando ya no están más juntos, ven las cosas que sí tenían.
Esto por esto que, cuando las parejas se separan, surgen dudas, vaivenes, idas y venidas, hay mucha ambivalencia e inseguridad y esto es aún más importante, si son parejas que llevan muchos años juntas.
Se diría que el costo emocional de la separación, está en relación al grado de tiempo compartido, la dependencia emocional creada y los compromisos asumidos juntos. Lo anterior hará que la separación, sea más o menos difícil de atravesar para quienes toman la decisión.
No siempre ambos miembros de la pareja están dispuestos a separarse: a veces es uno el que toma la decisión y esto hace que sea más cuesta arriba, para el otro que no lo desea.
Muchas veces, las separaciones se dan porque las personas tenían una determinada expectativa de lo que iba a ser su vida en pareja y se dan cuenta que la realidad no conforma dichas ideas previas. Esto se da sobre todo, en parejas que se separan al poco tiempo de estar juntas.
Muchas veces es influido por “idealizaciones”: si pensamos que estar en pareja es no tener un conflicto jamás, entonces seguramente nunca nos conforme nada. Tampoco el otro extremo de vivir en conflictos permanentes.
Lo más importante es tener la capacidad de resolver a su debido tiempo, los conflictos que se van presentando, sin dejar que éstos vayan minando la vida en pareja hasta que, estar con la otra persona, se transforma en un calvario.
Cuando las parejas deciden finalmente separarse, si no lo hacen en términos amigables y con el menor costo emocional posible, se dan una serie de situaciones que son desagradables para todos los involucrados.
Parejas con hijos
Si hay hijos, estos se ven en medio de los conflictos y enojos de sus padres... situación que no ayuda en absoluto a transitar bien la separación.
Hay que pensar que ya de por sí es una situación difícil de asumir para ellos; con más razón si se tiene que dar en medio de manipulaciones o enojos de los cuales ellos no están ajenos.
Este es un aspecto que los padres deben cuidar y priorizar: trasmitirle siempre al niño o adolescente (si es que tienen), que el hecho de que sus padres se quieran separar, no significa que detesten a la otra persona... o que de ahora en más, ésta pasó a ser alguien indeseable.
Piensen que ese niño va a seguir viendo al otro progenitor de por vida y que aunque no haya sido lo que deseaban ustedes como pareja, no quiere decir que no pueda cumplir bien su rol parental.
Sólo le van a decir que no se aman más como pareja, pero que siempre ambos va a ser su padres y se van a ocupar de él /ella o ellos, como hasta ahora.
Es importante también, tratar de evitarle todos los cambios “extra” posibles... seguir las rutinas de siempre. Por ejemplo, no cambiarlos de colegio, o mudarse, etc., si no es necesario hacerlo.
Además, estar seguros que los hijos no sientan culpas, ya que muchas veces se las atribuyen sin motivo alguno.
Hay que pensar que ya de por sí es una situación difícil de asumir para ellos; con más razón si se tiene que dar en medio de manipulaciones o enojos de los cuales ellos no están ajenos.
Este es un aspecto que los padres deben cuidar y priorizar: trasmitirle siempre al niño o adolescente (si es que tienen), que el hecho de que sus padres se quieran separar, no significa que detesten a la otra persona... o que de ahora en más, ésta pasó a ser alguien indeseable.
Piensen que ese niño va a seguir viendo al otro progenitor de por vida y que aunque no haya sido lo que deseaban ustedes como pareja, no quiere decir que no pueda cumplir bien su rol parental.
Sólo le van a decir que no se aman más como pareja, pero que siempre ambos va a ser su padres y se van a ocupar de él /ella o ellos, como hasta ahora.
Es importante también, tratar de evitarle todos los cambios “extra” posibles... seguir las rutinas de siempre. Por ejemplo, no cambiarlos de colegio, o mudarse, etc., si no es necesario hacerlo.
Además, estar seguros que los hijos no sientan culpas, ya que muchas veces se las atribuyen sin motivo alguno.
Cómo asumilrlo
Respecto a los padres y el duelo, lo mejor es aceptarlo como parte normal de la situación por la que están pasando, y estar lo más ocupados posibles.
Saber que el tiempo, es el mejor aliado que tienen para sobreponerse. Los grupos de amigos ayudan mucho... el apoyo familiar, también. Pero lo fundamental es no abandonarse a sufrir esto como algo irreparable, sino tratar de verlo como una nueva oportunidad que les presenta la vida.
No podemos forzar algo que no estaba funcionando. Es mejor dejarlo ir y poner esas energías en recuperarnos de esta situación, lo antes posible.
Siempre al principio parece muy difícil: a veces se torna inmanejable para alguna de las partes; pero con el tiempo, a medida que se van resolviendo los temas pendientes, se van viendo las cosas desde otra perspectiva... más positiva.
Hay que tratar de entender que la felicidad de uno no puede depender de nadie: es responsabilidad propia. El compartir la vida con otra persona, no significa que esa otra persona es la vida, sino alguien que elegimos para vivir esas experiencias con ella.
Si en algún momento eso no sigue siendo algo positivo para nosotros, entonces nuestra vida sigue adelante igual, siendo nosotros los únicos responsables en hacer que nuestra vida valga o no la pena.
La capacidad de enamorarse no se pierde con la edad, ni tampoco nos enamoramos una sola vez en la vida, ni hay alguien destinado a nosotros únicamente, como se suele escuchar en alguna canción romántica.
Podemos enamorarnos muchas veces y de personas diferentes. Esto depende de qué tan abiertos estemos a conocer y comprometernos afectivamente con otra persona. Así que si en este momento estás en una situación difícil, sólo date tiempo y pon tus energías en recuperarte lo antes posible... seguramente la vida en poco tiempo te vuelva a sonreír.
Ps. Silvia Cardozo
Saber que el tiempo, es el mejor aliado que tienen para sobreponerse. Los grupos de amigos ayudan mucho... el apoyo familiar, también. Pero lo fundamental es no abandonarse a sufrir esto como algo irreparable, sino tratar de verlo como una nueva oportunidad que les presenta la vida.
No podemos forzar algo que no estaba funcionando. Es mejor dejarlo ir y poner esas energías en recuperarnos de esta situación, lo antes posible.
Siempre al principio parece muy difícil: a veces se torna inmanejable para alguna de las partes; pero con el tiempo, a medida que se van resolviendo los temas pendientes, se van viendo las cosas desde otra perspectiva... más positiva.
Hay que tratar de entender que la felicidad de uno no puede depender de nadie: es responsabilidad propia. El compartir la vida con otra persona, no significa que esa otra persona es la vida, sino alguien que elegimos para vivir esas experiencias con ella.
Si en algún momento eso no sigue siendo algo positivo para nosotros, entonces nuestra vida sigue adelante igual, siendo nosotros los únicos responsables en hacer que nuestra vida valga o no la pena.
La capacidad de enamorarse no se pierde con la edad, ni tampoco nos enamoramos una sola vez en la vida, ni hay alguien destinado a nosotros únicamente, como se suele escuchar en alguna canción romántica.
Podemos enamorarnos muchas veces y de personas diferentes. Esto depende de qué tan abiertos estemos a conocer y comprometernos afectivamente con otra persona. Así que si en este momento estás en una situación difícil, sólo date tiempo y pon tus energías en recuperarte lo antes posible... seguramente la vida en poco tiempo te vuelva a sonreír.
Ps. Silvia Cardozo
ensil@adinet.com.uy
Terapeuta Cognitivo-Conductual
Técnico en Sexología Clínica
Integrante, Coordinadora y Docente de Suatec (Soc. Uruguaya de Análisis y Terapia del Comportamiento)
Teléfono del consultorio: 2 707 90 27
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