Inicio Contacto Suscribirse

Seguinos en:

Home / Sexualidad / Parejas con contratos diferentes

Parejas con contratos diferentes

Parejas con contratos diferentes

El estilo de pareja tradicional, monogámico, no es el que muchas parejas de hoy desean para sí... o al menos no todo el tiempo. La infidelidad nunca es bien vista y siempre se ha tratado de esconder o descalificar. Sin embargo, hay parejas que de común acuerdo, aceptan esto como algo natural o incluso, prueban incluir un tercero en su sexualidad. Lo mismo con la práctica swinger, donde el intercambio de parejas lo aceptan como una variante.

Esto que en otra época parecía de películas, incluso a veces tragicómicas, es cada vez más frecuente en la realidad. Las personas que practican esto, es porque no les ha funcionado la monogamia que probaron (ya sea a ellos mismos o porque han tenido muchos modelos cercanos, donde no ha funcionado o no los ha hecho felices y deciden ver, si cambiando esta forma de ver la sexualidad en la pareja, les va mejor).

¿Qué diferencia tiene esto con una típica infidelidad? En que el estar de acuerdo mutuamente, no hay engaño. He tenido pacientes que han probado como variante dentro de su sexualidad, contratar una tercera persona para cumplir determinadas fantasías.

Esto que a veces puede sonar a unos impensable y a otros divertido, hay que sopesarlo muy bien antes de ponerlo en práctica, porque no todas las personas están preparadas para esto. Ya sea porque su educación los hace arrepentirse a último momento o porque llegado el momento de enfrentarse a ello, la realidad no se ajusta a la fantasía que tenían previamente. Pueden intervenir variables inesperadas, porque se trata de seres humanos: no máquinas u objetos para jugar. A algunas personas les funciona como una variante dentro de su sexualidad y a otras, no. Nunca debe hacerse si alguna de las dos partes no está afín y segura de querer probarlo.

Otra variante que se ve, como mencionaba hoy, es aceptar que la pareja tenga una “aventura” sexual con otra persona... como si fueran “permisos mutuos” que se dan, pero manteniendo determinadas condiciones que ambos fijan, como por ejemplo, no involucrarse emocionalmente. Esta variante, también puede ser peligrosa si no se está preparado mentalmente para esto y muy seguros de que realmente es lo que quieren, porque, en algunos casos, los celos pueden llegar a ser luego un problema. He visto que lo practican parejas muy jóvenes, que desde el comienzo lo aceptan así: que son “salientes”, que se gustan y comparten muchas cosas y se dan esas licencias de estar con alguien más con quien tener sexo. En ese momento no se consideran en general, una pareja con compromiso a futuro e incluso, manifiestan que si la relación luego se encauzara más seriamente, ya no aceptarían esa variación. Plantean que es algo temporal, que lo aceptan en esas condiciones. Parejas que salen y alguno se va de viaje por ejemplo, y en ese periodo pueden estar con otra persona, si se da la ocasión. Al ser planteado de entrada, es más fácil de saber si se está dispuesto o no, a aceptar esta situación. No es tan sencillo a veces cuando de entrada, se plantea una relación de exclusividad y luego, quieren pasar a esta variante.

Lo que he observado en la práctica clínica respecto a este tipo de relaciones “con permisos” en la gente joven, es que en general no hay un gran sentimiento de amor, sino más bien de atracción inicial, de experimentar y también, comodidad en la compañía del otro. Pero esto, no quiere decir que no haya parejas que lo adopten como estilo de vida y les resulte.  

También, se ve en parejas de muchos años que siguen juntos por motivos variados; incluso por sentimientos de cariño importantes, pero que ya la sexualidad ha dejado de ser algo que los una y de esta forma, deciden darse esos permisos por fuera de la pareja. En estos casos, encontramos quienes dan el "permiso", pero no quieren enterarse ("ojos que no ven corazón, que no siente")... solo piden discreción por el "qué dirán" si alguien más los ve, hasta quienes quieren saber todo con la esperanza (o morbo) de que tal vez esto los lleve a reavivar la llama en la pareja. Muchas veces esa rutina y pensar al otro en una excesiva seguridad, ha apagado el deseo y el sentir de alguna forma a su pareja como una persona que le resulta sexualmente atractiva a alguien más, les cambia la perspectiva y les reanuda el deseo. 

Son temas muy delicados y “filosos”, porque las personas que entran en estas prácticas, nunca saben si van a poder luego manejarlas, ya que hasta que están en ellas, no saben verdaderamente cómo se van a sentir o reaccionar. Algunas personas por más que las aprueban en un principio, luego se sienten decepcionados y les acarrea motivo de disputas. A otras les funciona bien y tienen esa mentalidad más abierta, que no les implica mayores problemas. 

Cuando dos personas se conocen y se enamoran, surge naturalmente el no desear estar con alguien más... pero no siempre este sentimiento se mantiene a lo largo del tiempo, por un verdadero deseo, sino que muchas veces se mantiene por convicción de que es lo mejor y sano para poder mantener una pareja estable y sobre todo, una familia. Y también, están esas parejas que se las ingenian muy bien para mantener encendida esa llama dentro de la pareja a lo largo del tiempo, sin necesitar nada más.

Planteo esto, porque escucho en consulta todo tipo de relaciones de pareja y creo que está bueno saberlo, ya que para muchas personas esto es algo impensable de que pase, así como para otros, será moneda corriente. Están los que jamás le serían infiel a su pareja, porque además de quererla, fueron criados en una educación fuertemente monogámica y no podrían ser de otra manera. También, quienes no lo harían, por motivos religiosos y otros, por miedo a perder su pareja que valoran mucho. 

Hay también monógamos seriados; o sea, que son fieles mientras dura ese sentimiento de atracción fuerte con alguien y luego, cuando se termina, dejan y cambian a otra persona durante el tiempo que les dura ese deseo de estar solo con esa otra persona y así sucesivamente. El problema que a veces se suscita aquí, es que no llegan a poder consolidar una pareja estable de larga duración o con perspectivas de formar una familia, ya que este tipo de enamoramiento basado más en atracción física, no suele durar mucho tiempo. Si lo prefieren de esta manera, no es problema... es una forma de vivir la vida como cualquier otra... porque se han acostumbrado a priorizar la adrenalina de la novedad, de lo distinto y les va a costar mantener una pareja a lo largo del tiempo cuando esta euforia y atracción inicial se haya perdido. Pero si su idea es en algún momento pasar a una familia tradicional, puede resultarles más difícil sentirse a gusto. 

Otras personas comenzaron su relación con la idea de ser fieles siempre, pero luego la vida los llevó por otros caminos y tienen relaciones esporádicas con alguien más por fuera de su pareja, sin que ésta se entere. Aquí están los casos donde se ve que algunos sienten, que pueden hacerlo ellos, pero no se lo permitirían a su pareja... en general son los hombres, por la educación machista que han recibido y piensan que el hombre tiene derecho pero la mujer, no. Y otros que lo saben pero prefieren hacer de cuenta que no se da, porque no pueden desde lo consciente aceptarlo y dar el ok a esta situación... y si se enteran, sienten que tienen que tomar medidas al respecto, como separarse o distanciarse un tiempo y luego, ver si perdonan y vuelven con esa pareja o no. Por eso prefieren hacer “la vista gorda”.

También están las parejas que nunca serían infieles, pero les cuesta un gran sacrificio mantenerlo, ya que se sienten atraídos por otras personas y están en constante lucha para mantener su compromiso de fidelidad. En general este tipo de personas, consultan mucho para saber si es que hay algo que anda mal en la pareja y por eso les pasa esto... o es natural y tienen que controlarlo.  

Las personas que deciden ser infieles sin que el otro sepa, pueden pasar por varias situaciones: algunas lo llevarán mejor que otras, pero nadie lo lleva “de arriba”. Pueden sentirse enamorados de sus amantes o que sus amantes se enamoren de ellos y sufrir por no poder estar con esa otra persona... o que sea uno solo el enamorado y pase a generarles problemas con su pareja estable o su familia... o querer a ambas personas y sufrir por estar en la situación de no saber qué hacer o no querer lastimar a nadie. Cuando están con su pareja, extrañan a su amante y cuando están con su amante, suelen sentirse culpables respecto a su pareja. Y así una variedad de situaciones, según como sea cada persona, y la relación que tengan con su pareja y con su amante. 

En general, la persona que tiene un amante y está atraído fuertemente, éste le quita energía en su pareja y esto se nota: se vuelve menos paciente, más crítico y esto deteriora la relación con la pareja. Puede pasar en algunos casos, que la culpa haga que sea al revés y estén mucho más complacientes con la pareja (pero no es el caso más frecuente).

Si su pareja se entera, trae mucho sufrimiento en quien se siente traicionado y también, en quien traiciona, cuando todavía tiene sentimientos hacia su pareja.

Es muy difícil recuperar la confianza en el otro y reconstruir la pareja. A veces se logra y otras veces, no. El fantasma de que puede volver a pasar, siempre está. Si hay hijos de por medio, empeora la situación, ya que si se enteran, sufren mucho todos y además, es un modelo que se les trasmite tanto del que engaña, como del que es engañado. Estos casos cuando llegan a consulta, la persona que engaña generalmente, no sopesó todas estas consecuencias: solo se dejó llevar por la situación y sin la conciencia de que todo esto podía tener ese desenlace. 

Quienes prueban incorporar un tercero en la relación sexual y están de acuerdo mutuamente, puede pasar que simplemente sea una novedad o variante y no pase más de algunas veces. Después, sacarán sus propias conclusiones de si resultó o no enriquecedor y seguir su vida sexual solo con su pareja... o puede pasar que se acostumbren a este tipo de variación y les cueste luego estar solos sin ese tercero y además, les dificulte disfrutar la sexualidad de la pareja. He visto en consulta ambas situaciones.
 
Hay más variantes dentro de los contratos de pareja, que a veces son explícitos y otras veces, no. Creo que hay que saber y ser consciente que existen y no son solo en las películas. 

Lo importante es saber que cuando dos personas se enamoran y asumen un compromiso de pareja, esto no los hace eternamente inmunes a sentirse atraídos por otras personas... esa posibilidad siempre va a estar. Negarlo es no aceptar la realidad. Sea la educación que sea y la religión que sea, está en la madre naturaleza esta atracción. Pensar que la pareja solo va a tener ojos para una sola persona, es idealizar. De ahí a que pase algo más, va a estar en cada uno. 

El desafío es cómo cada pareja va a lidiar con esto. Si es una pareja que está educada en una formación monogámica, seguramente los haga sentir mejor el tratar de enriquecer la sexualidad dentro de su pareja, usar la fantasía, probar variantes nuevas entre ellos, etc... y dejar por fuera, otras opciones que no van de acuerdo a su pensamiento. Cuando se ven expuestas a una situación de este tipo, lo mejor es tratar de cortarla rápidamente y no dejarla crecer para evitar que se les vaya de las manos. 

Si tienen una educación diferente y sienten que permitirse otras variantes puede funcionarles, tienen que hablarlo y ponerse de acuerdo en cómo enfrentar esto y las posibles consecuencias en caso de que no sea como inicialmente lo pensaron... para que no traiga problemas inesperados. 

Y en el caso de las personas que deciden tomarse “licencias” sin común acuerdo, saber a qué se están exponiendo ellos mismos y sobre todo, a las demás personas involucradas. 

No se pueden establecer reglas generales que sirvan para todas las parejas por igual... incluso a las mismas personas, en el transcurso del tiempo. Hay personas que las experiencias les van haciendo cambiar su forma de pensar al respecto y esto es hacia cualquiera de las variantes: desde quienes eran monogámicos y muy tradicionales, y con el tiempo cambian a querer otra cosa para su vida, como probar cosas diferentes... hasta lo opuesto: quienes antes tenían una mentalidad más abierta a este tipo de cosas y con el tiempo descubren o pasan a priorizar otros sentimientos, y prefieren una relación monogámica y tradicional, porque le encontraron ventajas sobre las otras y se sienten mejor así.

Cada pareja tiene su proceso, que va a depender de innumerables variables: la educación recibida al respecto en su casa y en toda su vida, los modelos que ha tenido de familia y pareja, las experiencias que haya vivido o haya visto, el entorno en que se mueve, la formación religiosa, etc. 

Creo que hay que respetar que cada uno viva su vida como mejor le parezca y que sea en la mayor libertad posible, siempre sin interferir en la libertad del otro.

Y cuando se trata de una pareja, tratar de ser lo más honestos consigo mismos y plantearse qué quieren y qué esperan de la vida en pareja. En base a esto, tratar de encontrar el mejor camino y saber que también, pueden estar expuestos a errores, pero que la honestidad y el planteo abierto al otro, siempre va a ser la mejor opción para llegar a un entendimiento.



Ps. Silvia Cardozo 
Terapeuta Cognitivo Conductual 
E-mail: ensil@adinet.com.uy

Contenido relacionado

Sexualidad

Amor virtual: ¿es viable?

Si el “enamoramiento virtual” es algo que a la persona le suma en la vida, le alegra, entonces no hay bien o mal. Es positivo al menos, en el momento que se está dando.

Sexualidad

Ansiedad vs. Sexualidad

Todas las personas experimentan cierto grado de ansiedad, cuando van a tener relaciones sexuales con alguien... sobre todo, las primeras veces, pero esto se puede controlar.

Sexualidad

Celos en la pareja

Los celos por temor a perder a la pareja, son los más comunes y van acompañados de una gran ansiedad y preocupación. En la medida que consumen un exceso de energía emocional, provocan hostilidad, separan a las personas y ofuscan el pensamiento... ahí es donde pasan a ser un problema.

Agregar un comentario