Cada vez que tengo oportunidad de sentir los aromas del orégano fresco, el tomillo y la albahaca (que en realidad no es tan frecuente), me viene a la memoria la quinta de mi abuelo paterno, de ascendencia italiana.
Todos los condimentos, de la quinta a la mesa. Con esa sazón con sabor a familia y a los mejores momentos de mi infancia, cuando lo visitaba y pasábamos largas horas conversando y deleitándome con toda su admirable sabiduría.
No era por haber estudiado, ya que vivió épocas difíciles y la prioridad era trabajar, en este caso desde niño, para ayudar a salir adelante la familia. Pero como le gustaba mucho leer, tuve el privilegio de poder viajar con sus relatos, y tenerlos presentes y vigentes en mi corazón.
Ma. Julia Torres
“Dedicado a todos los abuelos, que con su sencillez, hacen de lo cotidiano un mundo maravilloso para sus nietos... momentos que perduran por siempre a lo largo de nuestra vida.”
¿Cuáles son tus mejores recuerdos de tu infancia?