¡Cuán importante es saber que estamos en el camino correcto con respecto a nuestros hijos! En cada palabra, en cada amanecer, en cada lágrima, en cada frustración, en cada alegría, en cada nueva etapa, como padres… estamos.
Pero a menudo nos pasa eso de creer que estamos haciendo lo correcto, y resulta que el tiempo y la experiencia ayudan... y nos dicen: ”no, no es la forma” o “ por ahí no es lo mejor”.
Creo que ser padres es perfeccionarse en cada una de las etapas de nuestros hijos y como podamos... o como la vida se nos presente y nos prepare. Lo que es seguro, es que no hay un manual, no lo sabemos todo, nos equivocamos y sufrimos por ello, nos permitimos frustraciones, nos pasa la vida y seguimos experimentando cómo ser padres.
Es algo infinito que termina cuando dejamos de existir y las enseñanzas son lo más valioso que podemos dejar. ¡Cuán importante es proyectar, planificar! ¡Qué necesario es! Pero muchas veces no salen las cosas como pretendíamos y es aquí donde nos cuestionamos... y es aquí donde me encuentro hoy.
Mi hijo tiene 12 años y empezó el liceo y ¡vaya cambio que se instaló en casa! ¡Cuántas dudas, cuánto miedo, cuánto de esta nueva generación sin pelos en la lengua y hablando en diferente idioma! Comunicación nueva, palabras nuevas, ¿cómo nos ajustamos a esta nueva era con tanta exposición?
¿Cómo desafiar los tiempos con la ausencia de bibliotecas, de libros, de fotocopias, de reuniones de estudio que prácticamente desaparecidas, quedan apenas en una lista de estas cosas tan necesarias y que se quedaron atrás en el tiempo?
Redes sociales, whatsapp... todo se sabe, todo se expone, todo a su alcance, fácil pero difícil a la vez. Esas experiencias que cada vez logran a edades más tempranas. Como padres seguimos experimentado y proyectando, pero más pausado... nunca más acertada la expresión “ensayo y error”.
Apostar a lo mejor, lidiando con esta rebeldía, con esto de la autonomía, este final de infancia y comienzo de madurez. Somos responsables de promover, y ayudar el desarrollo y la adaptación de nuestros hijos en esta nueva etapa. Pero sobre todo, a descubrir su autonomía y darle confianza para poder enfrentar los riesgos o experiencias que la vida le presente.
Difícil etapa la adolescencia y como padres sé que queda mucho por recorrer… estamos en eso.
Sobran los motivos…
Karina Felix