Cuando un niño descubre por fin lo que sucede en sus contextos más próximos cuando pide las cosas por favor y las concluye con un gracias, ya nada va a ser igual. Hasta el momento, lo llevaba a cabo como una norma prosocial pautada por los adultos, algo que le confería refuerzos positivos por su buen comportamiento.
«La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo» - Paulo Freire. -
No obstante, tarde o temprano experimentará el auténtico efecto de tratar con respeto a un igual, y cómo esa acción revierte a su vez en él o en ella misma. Es algo excepcional, una conducta que le habrá de acompañar para siempre, porque tratar con respeto a los demás, es también respetarse a uno mismo... es actuar de acuerdo a unos valores y un sentido de convivencia basado en un pilar social y emocional de peso: la reciprocidad.
Será sobre los siete años, cuando nuestros hijos descubran plenamente todos estos valores que conforman su inteligencia social. Es ese instante en que empiezan a dar más importancia a la amistad, a saber lo que implica esa responsabilidad afectiva, a entender y disfrutar de la colaboración, atendiendo necesidades ajenas e intereses diferentes a los propios.
Es sin duda una edad maravillosa, donde todo adulto debe tener muy presente un aspecto esencial: debemos seguir siendo el mejor ejemplo para nuestros hijos. Ahora bien, la pregunta mágica es la siguiente… ¿de qué manera vamos inculcando en nuestros hijos desde edades tempranas, esas normas de convivencia, de respeto y de cortesía?
Te ofrecemos unas sencillas estrategias para que las tengas en cuenta... son indicaciones básicas que señalar a los niños en cada situación. Vale la pena tenerlo en cuenta.
• ¿Has llegado o entrado a algún sitio? Saluda, di buenos días o buenas tardes.
• ¿Te vas? Di adiós.
• ¿Te han hecho un favor? ¿Te han dado algo? Da las gracias.
• ¿Te han hablado? Responde.
• ¿Te están hablando? Escucha.
• ¿Tienes algo? Compártelo.
• ¿No lo tienes? No envidies.
• ¿Tienes algo que no es tuyo? Devuélvelo.
• ¿Quieres que hagan algo por ti? Pídelo por favor.
• ¿Te has equivocado? Discúlpate.
Normas sencillas que, sin lugar a dudas, le serán de gran ayuda en el día a día.
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La Mente es MaravillosaReproducido con autorización