En ocasiones nos sentimos atascadas: tenemos un problema y por más que nos esforzamos, no podemos ver la salida… e inocentemente volvemos a intentar una y otra vez, variantes de lo que no funciona…. como “ponerse a dieta”.
¿Por qué fracasan las dietas? En realidad, no es la dieta la que fracasa. Un plan alimenticio diseñado por un profesional nutricionista, un plan equilibrado y flexible es clave en el camino a la salud para muchas personas que sufren de sobrepeso. Y desde este lugar, desde la experiencia de un cambio de hábitos amable y adoptado como un nuevo estilo de vida, la “dieta” no está vinculada a la restricción, sino a la elección.
¿Qué es lo que fracasa entonces? La mentalidad de restricción. Los seres humanos odiamos sentirnos presos. Llegamos a arriesgar nuestra vida para ganar la libertad. Frente a la vivencia de restricción, surge la rebelión. Entramos en dieta, entramos en la cárcel. Salimos de la dieta, salimos de la cárcel… y al tiempo, volvemos a entrar…
Cuando un plan alimenticio equilibrado se vive como “hacer dieta”, se vive como un sufrimiento; como algo que hay que “sacarse de encima” lo antes posible.
El ciclo restricción - rebelión, se siente entonces agotador y con la falsa evidencia de que “sin dieta engordo sin control... soy así: si no hago dieta, no paro".
A largo plazo, no funciona la restricción… y no funciona la rebelión. Existe un tercer camino: el camino de la elección. La mentalidad de elección nos centra en la abundancia, nos centra en la solución.
No significa eso que vamos a comer de todo y a todo momento. Allí está la paradoja: si no hay más “despedidas” porque “el lunes empiezo”, nuestro Ser se calma, pierde el pánico a la hambruna autoimpuesta... y es más fácil elegir según nuestra sabia voz interior.
Observar nuestros pensamientos y las emociones que provocan, es el primer paso para regularnos. El segundo, es aceptarlos y el tercero, redirigir nuestra atención hacia la verdadera necesidad.
Estos tres pasos suponen un aprendizaje. Suponen la decisión de adoptar un plan de alimentación saludable y la apertura a buscar orientación profesional en casos en que el vínculo con la alimentación, esté afectando la calidad de vida.