¿Sabías que la materia reacciona cuando tienes actitudes de amor y agradecimiento? Entonces hoy te invito a sanar tu cuerpo, te invito a hablar a tus células para sanar... ¡te invito a amarte!
Haz un viaje por todo tu cuerpo, agradeciendo a tus órganos y a tus células el buen trabajo realizado. Cierra tus ojos, cuenta hasta diez, respira profundo: lo único que necesitas es comprender lo que quiere decir "hacer un viaje por todo tu cuerpo", para agradecerle por su compañía... incluso puedes hacerlo como quieras.
Aquí un ejemplo: imagínate que te deslizas por un pelo de tu cabeza, hasta llegar más abajo del cuero cabelludo... y entonces da las gracias a tu cabello por ser tu corona gloriosa y pídele que transmita su agradecimiento al resto del vello de tu cuerpo. Luego haz lo mismo con el cuero cabelludo, enviando el mensaje de agradecimiento a todas tus células cutáneas.
Sigue bajando por el cráneo y repite el proceso, dando las gracias a toda la materia ósea de tu cuerpo. Luego, al cerebro: merece tu agradecimiento, pues es la mejor computadora que existe hasta la fecha.
Da las gracias a tus ojos, a tus oídos, a tu nariz, a tu boca, por todos y cada uno de los sentidos respectivos y conéctate con todo lo que te han permitido sentir y disfrutar... simplemente agradéceles.
Luego agradécele a tus hombros, que muchas veces cargan más de lo que pueden; agradece a tu espalda, tu columna... a tus brazos y manos, que te han permitido cargar a otros, abrazar y acariciar.
Agradécele a tu corazón, el motor de tu vida y de cada maravillosa experiencia... agradécele a tus pulmones que te permiten respirar y vivir.
Preséntale tus agradecimientos a tu estómago: ¡qué gran central química es! Y lo mismo con tu conducto intestinal, por absorber las sustancias nutritivas, con tu colon por su ingrata tarea de eliminar los desperdicios... ni más ni menos, junto con tus riñones.
Agradécele a tus órganos sexuales, que te permiten crear.
Agradécele a tus piernas y pies, que te llevan donde deseas ir.
Y luego, vuelve a subir para revisar que le hayas agradecido a todo tu cuerpo y concluye por un pelo, en el mismo punto donde empezó tu agradecimiento.
A veces damos todo por hecho, como si fuera obvio que nuestro cuerpo debe “funcionar”... sin embargo, si lo tratamos con amor y agradecimiento solamente nos estamos entregando amor y agradecimiento a nosotros.
¡Es tiempo de despertar! ¡Es tiempo de simplemente elegir ser feliz!
Y entonces… ¿te atreves a ir por MÁS?... ¿Más qué?: Más felicidad, más amor, más paz, más tranquilidad, más alegrías, más risas, más disfrute, más gozo, más juegos, más abundancia de TODOOO… más espiritualidad, más cariños, más ternura… ¡más consciencia!
María Jesús Martínez Bórquez
Psicóloga, Facilitadora de Ceremonias y Talleres.
Coach Ontológica. Terapeuta Floral.
Astróloga. Sahumadora.
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