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Acerca de la meditación

Acerca de la meditación
¿Cuántas veces hemos escuchado el término “fluir”? Pero, ¿realmente entendemos su profundo significado? Fluir no significa pasarlo bien o disfrutar, mientras la vida nos presenta situaciones que muchas veces nos sorprenden y no precisamente de la mejor forma… fluir, significa navegar sin resistirnos, adaptarnos al curso de la vida, dándonos cuenta que esas condiciones que nos tocan transitar son externas y que, aunque hagamos un “berriche”, no podemos controlar: es justamente, esa falta de resistencia, la que hace que el camino sea más agradable.

Una forma de dejar de lado esa necesidad de control, es conectar con nuestro interior, con esa soledad tan necesaria que permite conocernos… el ruido separa, distrae, nos desconecta totalmente de nuestro ser… y no solamente el ruido externo, sino sobre todo, nuestro ruido mental. La mente va a creer todo lo que le digamos, por lo que la buena noticia, es que podemos inclinar la balanza hacia nuestro lado más brillante: comencemos por decirnos palabras amables… es imperativo comenzar a alimentarnos de esperanza, alegría, amor, confianza…

Así como las computadoras, los teléfonos, necesitan un reseteo, nosotros también… al igual que limpiamos estos aparatos cuando están saturados de información obsoleta, también debemos sacar regularmente de nuestra mente las creencias, conceptos, patrones, ideas y pensamientos que nos aturden.

La meditación, que es la mejor medicación para nuestra mente, es un buen camino… “meditar” y “medicar” comparten la misma raíz por una buena razón, ya que ambas tienen que ver con la salud. La meditación es un agente sanador libre y portátil, cuyos únicos efectos colaterales son la paz mental y el rejuvenecimiento.

Meditar sin objetivos ni expectativas, es un excelente camino para evitar la ansiedad; pero, la realidad nos indica que no siempre lograremos dejar nuestra mente completamente en blanco (eso por lo menos en un comienzo, no sucederá). No nos frustremos… simplemente tratemos de escuchar el silencio… si llegan pensamientos a nuestra mente (que seguro ocurrirá), limitémonos a observarlos y dejarlos pasar. No hay que “engancharse” en ellos, sino aprender a mirarlos y dejarlos ir… como llegaron, se irán… si comenzamos a realizar este ejercicio, las respuestas a nuestras preguntas irán llegando.

Para lograr una buena práctica, tenemos que acercarnos a la meditación con tranquilidad y como una “escapatoria” alegre: no necesariamente sentados en posición de loto, con los ojos cerrados. Podemos meditar naturalmente durante los momentos en que soñamos despiertos o también, cuando estamos lúcidos, conectando con pensamientos positivos, que nos van haciendo sentir la vibración que viene desde nuestro interior… ese “cosquilleo” que nos indica que vamos por el camino correcto para cumplir nuestro propósito de vida. 

El meditar no tiene que convertirse en un trabajo pesado… solamente permitirle a tu mente tranquilizarse a su propio ritmo y amorosamente, dejar que tu cuerpo se relaje a su gusto: esta es la esencia de la meditación. Es como “cargarnos de combustible”, de energía, ideas y calma.

La acción de meditar es más importante que la forma de hacerlo: cerrar los ojos y respirar profundamente, es una técnica… como también lo es observar una imagen que te guste o relajarte al aire libre en la naturaleza.

Si medito, me-edito… es una de las mejores decisiones que podemos tomar, para comenzar  a sentirnos mejor: experimentar el silencio, para recordar quiénes somos… y entendamos que este es un espacio que siempre está disponible. Cuando me-edito, comienzo a darme cuenta lo importante que es escucharme, sentir lo que realmente quiero… comienzo a respetarme, a hacer sólo lo que tengo ganas de hacer y lo que me resuena… lo que va en coherencia con mi ser. Y como consecuencia, comienzo a tener relaciones más sanas, porque estoy entiendiendo que el respeto empieza por mí mismo.

Aprendamos a ver la vida, como una oportunidad de disfrute, no como un castigo… ¿y si comenzamos a crear lo que creemos y queremos?

¡Bienvenidos a este maravilloso viaje… nunca es tarde para comenzar a vivir esta increíble aventura! ¡Anímate y ríndete al ritmo de la vida! Es un viaje de ida, una invitación para valientes… pero vale la alegría intentarlo… ¡tenemos mucho para ganar!

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Colaboración de: 
Marla Salab

Debajo: más publicaciones de la autora.

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