El cerebro humano está diseñado para el cambio, para la novedad y evitarlo tiene consecuencias intelectuales y emocionales. Cuando estamos atrapados en la telaraña de la costumbre, percibimos un malestar en nosotros mismos.
¿Sabes qué nos facilita a las personas alcanzar nuestros objetivos? Disfrutarlos tal cual ya los hubiésemos logrado. Es como vivir en el resultado. En este artículo, te cuento más sobre el poder de vivir en tu objetivo.
¡Simple! NO te traiciones más, no hace falta hacer lo imposible por gustar, pertenecer... por el odioso “deber ser”, por el querer encajar, por miedo o simplemente por mendigar el amor que no te das. Te puedo asegurar que a veces, menos es más.
Saber cómo serán las cosas antes de empezar o preparar el futuro al segundo (o al menos intentarlo), es para mucha gente una forma y una frustración constante, de vida. Pero, ¿de verdad es necesario complicarse tanto el presente para dejar atado todo lo que vendrá?
Esta historia, es la de un hombre que lleva una mochila vacía y en su camino, tropieza con una piedra, la recoge y la mete en la mochila. Más adelante tropieza con otra, enorme y la carga de igual forma a su espalda. De este modo, continúa su camino, hasta que el peso que lleva es tal, que ya no le permite caminar.
Ya no perdería una posibilidad para hacer aquello que me encanta. Crearía más oportunidades para entregar mi amor a borbotones. Para expresar mi admiración. Para destacar, en cada persona, la belleza singular que tiene. Para compartir. Ya no transferiría “delicadezas”, creadas por una mente programada con miedos. No ahorraría comprensión. No desperdiciaría energía con peligros imaginarios y con una serie de tonterías que sólo me alejan de la vida.
En este momento, puedo mirarte a la cara y reconocerte en el espejo. Ya no huyo de ti, ni de mis complejos. Ya no eres invisible para mí. Te veo, me veo, nos veo. Nos acepto.
Este reencuentro, este redescubrimiento, me ha hecho muy feliz, pero aún falta un paso: la reconciliación.
Dar es una muestra de generosidad, recibir también puede ser sinónimo de un espíritu noble. Saber recibir es algo en lo que la mayoría de las veces no reparamos, a pesar de lo fundamental que resulta acoger con aprecio aquello que nos dan. Por esta razón, te invitamos a profundizar en este maravilloso arte a través de la comprensión, la apertura y el agradecimiento como llave.
Puede que estés transitando una situación muy dolorosa, que sientas que no te deja ni respirar... sin embargo, mi propuesta es a que hoy mires tu dolor y te preguntes: “¿hoy puedo permitirme ser feliz a pesar de este dolor?” La elección es siempre tuya y en la medida que lo creas, lo vas a crear.