El crecimiento personal conlleva un trabajo, pero el premio de lograr una estabilidad y equilibrio emocional, es el mayor de los regalos. Para lograr este equilibrio, será necesaria la autoconsciencia: saber definirnos, saber interrogarnos, no tener miedo de exponernos, tolerar la incertidumbre, reconocernos.
A veces me preguntan: “¿cómo haces para mantenerte así de feliz?” Simple: en cada instante, recuerda que tu realidad es una correlación directa con lo que piensas. Por eso, te invito a que elijas elevar tu vibración y mantenerte en amor... sentir que la vibración y la positividad del amor se extienden a todos y a todo, en cada momento, especialmente ahora.
Si constantemente elijes la opción de sentirte herido y sobre reaccionar con rabia e ira en tus relaciones, estás creando la opción de estar permanentemente generando distancia en la comunicación con los demás, y socavando la confianza y seguridad. Debes aprender a soltar, liberarte, relajarte, a dejar ir las cosas... no sólo te hará sentir mejor ahora, sino que mejorará permanentemente tu salud y tu calidad de vida, además del vínculo de tus relaciones.
Con el tiempo, solemos descubrir que el mejor estado de la vida no es estar enamorados, sino estar tranquilos. Solo cuando una persona logra hallar ese equilibrio interior donde nada sobra y nada falta, es cuando se siente más plena que nunca.
Equivocarse puede acarrear consecuencias desagradables, pero es la culpa la que conduce a que la persona se enemiste con ella misma y se auto condene. Quien es capaz de ver todo ese círculo de una mirada, comprende lo tonto y auto destructivo que es atacar, enojarse, etc. y ya no se deja engañar más por esa tentación.
En la amistad con uno mismo, la fuente de satisfacción proviene de tu propio interior, y se suma que existe la posibilidad de disponer de ella cuando lo desees. Cultivar la amistad con uno mismo no significa vivir en modo ermitaño, sino poder amar a los demás tanto como a uno mismo.
Cuando nos vamos de viaje o vacacionamos, y más específicamente cuando viajamos de mochileros, seguimos la regla "menos es más". Pero, si bien elegimos llevar pocas prendas (las más cómodas y fieles), ¿qué hacemos cuando se nos mancha la ropa?
Para experimentar la sensación de bienestar que provoca la sonrisa, sonríe... sonríe, hasta el punto de que la sonrisa fingida conecta con la sonrisa real y sin darte cuenta, estás sonriendo de verdad.
¿Sabías que la materia reacciona cuando tienes actitudes de amor y agradecimiento? Entonces hoy te invito a sanar tu cuerpo, te invito a hablar a tus células para sanar... ¡te invito a amarte!